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En 1997 se vendieron 200 millones de libros

Una encuesta revela que sólo el 25% de los españoles lee ahora más que hace 10 años

Doscientos millones de libros se venden en España al año y el sector editorial factura 400.000 millones de pesetas, según informaron ayer el presidente de la Federación de Gremios de Editores, Juan de Isasa, y el sociólogo Amando de Miguel, coordinador del estudio Los españoles y los libros. Las cifras parecen impresionantes, pero la encuesta, presentada en la Feria del Libro de Madrid, muestra datos alarmantes: los centros de enseñanza no logran transmitir estima por los libros y sólo el 25% de los encuestados lee ahora más que hace 10 años. Por la mañana, libreros, editores y Administración ocuparon, en pacífica camaradería, el Pabellón Multiusos, donde, al atardecer se rindió un cálido homenaje a Pedro Laín Entralgo.

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La encuesta Los españoles y los libros. Hábitos y actitudes hacia el libro y la lectura ofrece resultados agridulces. Algunos desoladores: «Sólo el 25% lee ahora más que hace 10 años, otros tantos por igual y el 41% menos. Queda un 9% que no lee ni leía. El resultado es muy preocupante». «Por este lado, al menos, se detecta una auténtica crisis lectora».También hay datos positivos, como que el 59% de los lectores «potenciales» o «instruidos» (que han estudiado, aunque sea mínimamente ) «ha comprado algún libro en 1997» (la cifra se ha incrementado ligeramente respecto a la de hace un par de años) y la mitad de ellos ha adquirido más de cinco. El 41% de los investigados tiene un nivel de estudios más alto que el de sus padres; los libros son más baratos en relación a los ingresos y tiene prestigio social, por ejemplo, tener libros en casa; además, los lectores prefieren pagar un poco más por los libros bien editados. «Ello nos da cierto optimismo», afirmó Sonsoles Silvela, del Gremio de Libreros de Madrid y presidenta de la feria, que no pudo ocultar, no obstante, un cierto pesimismo. «La situación no es buena, pero se puede mejorar».

La encuesta, de la que se avanzaron algunos resultados el pasado 21 de abril, fue realizada en diciembre de 1997 mediante entrevista personal a 2.515 personas de 10.000 municipios de toda España; es una iniciativa de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), y ha contado con una ayuda de la Dirección General de Libro. La recogida de datos y el posterior análisis han sido efectuados por la empresa Tábula V y coordinados por Amando de Miguel e Isabel París. El objetivo de este trabajo, dijo Silvela, es «orientar la política del libro, la industria editorial y los servicios de distribución y difusión».

Lectura y televisión

La doble interpretación del vaso medio lleno o medio vacío, como siempre suele ocurrir, planeó durante todo el acto. «Quizá la conclusión más global», dijo De Miguel, «es que desmiente el tópico cada vez más repetido de que España es un desierto cultural», y citó como muestra los 200 millones de ejemplares vendidos. Esta cifra no incluye las exportaciones, que sí están contempladas en los 400.000 millones de facturación del sector en España -quinto país productor de libros del mundo-. El sociólogo hizo un chiste sobre la lectura y la televisión, que de alguna manera y en serio aparece en la encuesta. ¿Quién dice que ver televisión reduce la compra de libros? «La televisión ayuda a tener libros. Se compra un televisor y se pone en el mueble. El mueble tiene estanterías, en ellas se coloca la foto de la boda y las conchas del último viaje a Santander y, como aún queda sitio, hay que poner algo más: entonces se compran libros».El director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente, que presidió la presentación, definió el estudio como «el primer mapa sociológico de la lectura en España» y afirmó que revela «el proceso de democratización de la lectura producido en los últimos 20 años».

Otra conclusión del estudio, y una de las que más preocupan a todos, es que aunque se compren y lean más libros, no se ha producido en España una correspondencia entre el poder de adquisición y los niveles educativos alcanzados. Los datos aportados sobre la «poca estima que por los libros están transmitiendo los centros culturales» son muy preocupantes: «No lo ha sido así en el pasado; por eso se destaca el nuevo fenómeno. El mundo estudiantil es el imperio de los apuntes y de las fotocopias.

A los estudiantes ya no se les enseña a manejar fuentes primarias y a buscarlas. Se podría añadir un dato de pura observación etnográfica: la escasa proporción de estudiantes universitarios, a la salida del centro correspondiente, que lleva libros en la mano. La máquina más activa de un centro universitario, aparte de la de hacer café, es la fotocopiadora».

Más: Los españoles y los libros pone de manifiesto que la «ampliación de la enseñanza no obligatoria ha fracasado en su empeño de fomentar la lectura». Es la tarea educativa de los padres, de forma más directa, «el factor más influyente» para crear un clima proclive a la lectura. El 88% de los encuestados reconoce que el ambiente familiar les ha impulsado. «Visto el papel que la familia desempeña en crear hábitos lectores», dijo ayer Sonsoles Silvela, sería muy conveniente «ver en familia programas de televisión dedicados al libro -infantil, juvenil y de adultos-, sería muy favorable para el aumento de la afición a la lectura. En este sentido, está todo por hacer, y es algo que la sociedad demanda, quizá de modo todavía inconsciente pero real».

«La formación de lectores no surge por arte de birlibirloque», añadió Rodríguez Lafuente, y señaló el papel relevante que tienen o deben tener en ello «las bibliotecas domésticas, las públicas, los colegios y los medios de comunicación, columna vertebral en la formación de nuevos lectores. Cuando se forma un lector se forma para siempre».

«La botella está medio vacía, pero no tiene puesto el tapón y poco a poco puede irse llenando», concluyó Sonsoles Silvela.

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