El nuevo primer ministro peruano libera a 30 presos condenados sin pruebas y promete más indultos
«En su caso se ha cometido una injusticia. Márchese a su casa, lea el Evangelio; si es radical, siga siéndolo dentro de la democracia». El nuevo primer ministro peruano, Javier Valle Riestra, despidió con estas palabras en la puerta de la cárcel a uno de los 30 presos indultados el sábado, que habían sido condenados sin pruebas por terrorismo. Valle Riestra pidió perdón «en nombre del Perú» por los errores cometidos, en un nuevo gesto de la política efectista puesta en pie desde su inesperado nombramiento por el presidente Alberto Fujimori, la semana pasada. Valle Riestra anunció que en las próximas semanas habrá «más indultos que sorprenderán».Acompañado del sacerdote Hubert Lanssiers, integrante de la comisión para la revisión de los casos de los presos inocentes, y del defensor del pueblo, Jorge Santisteban, el jefe de Gobierno saludó uno a uno a los excarcelados en el penal de alta seguridad Miguel Castro Castro y la cárcel de mujeres de Chorrillos. En el interior del penal, Valle Riestra departió y se dejó fotografiar junto al ex diputado de Izquierda Unida Yehude Simon, condenado a 25 años por supuesta vinculación con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). «Es un hombre radical de opiniones muy duras sobre la situación del Perú, pero no debería estar detenido, ya que no ha cometido ningún crimen. Voy a luchar para que se le indulte», dijo el primer ministro. La insólita escena es un fiel exponente del nuevo estilo que intenta imprimir el régimen de Fujimori, acusado reiteradamente de graves violaciones de los derechos humanos.
Los excarcelados fueron detenidos en los años de la ofensiva generalizada del régimen contra las guerrillas de Sendero Luminoso y el MRTA, y condenados en juicios relámpago por los llamados tribunales sin rostro . Muchos de ellos llevaban hasta seis años en la cárcel. Hasta la fecha han sido indultados 390 presos.
Desde el inesperado nombramiento por Fujimori, Javier Valle Riestra no ha dejado de sorprender a la opinión pública. El jueves pasado, mientras juraba su cargo en el Palacio de Gobierno, la policía reprimía brutalmente a miles de estudiantes que se manifestaban contra los intentos de reelección de Fujimori. Recién investido, el nuevo jefe de Gobierno expresó ante las cámaras de televisión su total rechazo a la pretendida reelección del presidente en los comicios del año 2000.
Amenaza a Ecuador
Poco después, Valle Riestra levantaba nuevas ampollas con unas declaraciones sobre el conflicto con Ecuador, en las que acusó a los militares de aquel país de supuestas actitudes «militaristas» e «imperialistas», y afirmó que desde su nuevo cargo trataría de que Perú comprara arados en lugar de armas. El canciller ecuatoriano, José Ayala Lasso, reaccionó de inmediato calificando dichas declaraciones de «desafortunadas», que «no contribuyen a mantener el clima de respetuoso diálogo entre Ecuador y Perú» y «representan una visión prepotente de la situación internacional».El ex senador Valle Riestra es un conocido abogado que ha militado en las filas del histórico partido peruano Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), y que ha destacado por su labor en organizaciones de defensa de los derechos humanos. Su personalidad controvertida y egocéntrica le ha granjeado numerosas críticas a lo largo de su carrera política. La oposición ha calificado su nombramiento como la última maniobra de Fujimori para frenar el aislamiento de su régimen, cada vez más autoritario, y «vender» una imagen aperturista que intenta mostrar una cohabitación inexistente, con el objetivo de fortalecer la figura del presidente ante el aparato militar.
Cuánto durará la alianza de conveniencia entre Fujimori y su antiguo adversario Valle Riestra es una incógnita. El puesto de primer ministro en Perú carece de grandes cuotas de poder, pero a corto plazo puede convenirle a ambos. Así lo ha expresado el propio Valle Riestra: «Nos estamos utilizando mutuamente. A mí me ponen para cambiar de cara y yo aprovecho las circunstancias para defender mis ideales de democracia, los derechos humanos y mi hayismo (en referencia al fundador del APRA, Víctor Haya de la Torre)».
