Una muestra recoge el complejo universo creativo del visionario Xul Solar
La obra del artista e inventor argentino se exhibe en el palacio episcopal de Málaga
Su pintura poblada de seres y signos fantásticos, sus textos o sus inventos -ajedrez astrológico, pianos de tres teclados o dos idiomas universales: el neocriollo o la panlengua- lo revelan como un visionario. Oscar Alejandro Schulz Solari, Xul Solar (Buenos Aires, 1887-1963) fue un talento raro, valorado en vida por un reducido círculo de amigos: Borges, Victoria Ocampo, Bioy, Miguel Ángel Asturias... Ahora su obra se impone como una revelación año tras año. El Palacio Episcopal de Málaga acoge hasta el 5 de julio la exposición El sol herido, 42 acuarelas del Museo Xul Solar de Buenos Aires.
Su psiquiatra le dejó por imposible: era más inteligente que él y encima no estaba loco, sólo miraba a otro lado y se nutría de demasiados saberes que no interesaban a otros.Con esta muestra, organizada por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y las Jornadas de Arte Contemporáneo de Málaga, que luego viajará a La Cartuja de Sevilla hasta final de verano, comienza el desembarco en España de Solar, a quien Borges definió como «uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época». A El sol herido seguirán próximas muestras en el IVAM valenciano y en el Museo Reina Sofía. Comisariada por el escritor hispanoargentino Alfredo Taján y el gestor Pedro Pizarro, la muestra recorre en 42 acuarelas de pequeño y mediano formato (Solar nunca trascendió estas medidas) todos los períodos creativos del artista. Desde sus primeras obras surgidas en 1914 durante su estancia en Europa donde se empapó de las vanguardias del momento (expresionismo alemán, Klee, Kandinsky, Marc, Mondrian o Chagall) hasta sus últimos trabajos, donde ya su búsqueda de lenguajes universales y la fascinación por mundos imaginados se funden para mostrar un universo de seres-signo, como si el personaje acabase convertido por fin en lengua simbólica.
Excéntrico
Lúcido, moderno, místico, excéntrico, dueño de la «mejor biblioteca del mundo» según Borges, ocultista, panteista y dotado de un talento plástico y una iconografía deslumbrantes, Solar fue desplegando a lo largo de su vida un «mundo portátil y diminuto», en palabras de Taján, que a pesar de su absoluta originalidad y carácter fantástico pretendía convertirse en arma y símbolo de la unidad y comunicación de seres humanos. Su inventos más curiosos fueron lenguas: el neocriollo, con base en el español y portugués o la panlengua, un sistema de comunicación universal con intención cabalística, revelan a un Solar que mezcló saberes esotéricos, adivinatorios, filológicos y filosóficos con la intención de cambiar y mejorar la realidad.Solar se definió a si mismo como nadie: «Pintor, escribidor y pocas cosas más. Recreador -no inventor- y campeón mundial de un panajedrez y otros juegos a los que nadie juega; padre de una panlengua que quiere ser perfecta y que casi nadie habla, padrino de otra lengua vulgar sin vulgo; autor de grafías plastiútiles que casi nadie lee; exégeta de doce religiones y filosofías que casi nadie escucha (...)».
La muestra revela asimismo la madurez alcanzada por las Jornadas de Arte Contemporáneo de Málaga, que este año en su sexta edición ha contado con las presencias de Francisco Jarauta, Gloria Moure, José Guirao, Achille Bonito Oliva, Rosina Gómez Baeza o Chema Cobo. El espactáculo multimedia de Carles Santos, La pantera imperial , clausura esta noche las jornadas en el Teatro Cervantes de Málaga.
Babelia
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