REY IMPOSTOR
Carlos Guillermo Naundorff, que hasta el momento de su muerte en 1845 reclamó ser Carlos Luis de Borbón, el hijo perdido de Luis XVI y María Antonieta, ha resultado ser todo un impostor. Tras más de 150 años, la ciencia ha podido demostrar a través de pruebas de ADN que el que yace en la ciudad holandesa de Delft no es el heredero que, según algunos, logró escapar bajo identidad falsa de los rigores de la guillotina francesa. Investigadores de la Universidad de Lovaina han comparado muestras de los huesos de Naundorff con los de las hermanas de María Antonieta, conservados en un convento en Austria, y han concluido que el pretendiente nunca pudo haber sido miembro de la misma familia. Las autoridades de Delft, que perderán una atracción turística, tendrán que levantar con celeridad la lápida que reza: «Aquí yace Luis XVII, duque de Normandía, rey de Francia y Navarra».
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