"El ADN sólo es una pieza más para resolver un caso policial"

Bruce Budowle, jefe trajeado de Investigación y Formación de Ciencia Forense FBI (policía federal estadounidense) no quiere ni oír hablar de Expediente X. Pese a que lleva 15 años estrujando el ADN humano a través de restos de pelos, sangre, huesos y demás vericuetos genéticos, este californiano de San Pedro asegura no haber visto nunca el exitoso programa de televisión y desconoce las hazañas de sus protagonistas, la agente Dana Scully y su eterno acompañante Fox Mulder. Colgado de un ordenador portátil de última generación en lugar de las añejas transparencias ofreció ayer una conferencia en Zamudio sobre la "Aplicación forense del secuenciamiento del ADN mitocondrial" (sic) dentro de las Jornadas internacionales de Genética Forense que anualmente promueve la Sociedad Internacional de Homogenética Forense (ISFH). Pregunta. ¿Cuántos casos llevan ustedes entre manos en su departamento? Respuesta. Tenemos trabajando en el laboratorio del Departamento entre 30 y 40 personas, tanto en el ADN como en otras evidencias biológicas. El FBI puede hacer al año investigaciones forenses entre 2.000 y 3.000 casos al año. P. ¿Dónde esta la principal dificultad en este tipo de trabajo. Qué caso ha sido el más complicado de su carrera como investigador forense? R. El más complicado es aquel donde hay por medio un un abogado (risas). El problema no es la dificultad de un determinado caso con la investigación del ADN, sino en cómo se han manejado todas las muestras y la información. El ADN sólo es una pieza más para resolver un caso policial. Al final, lo más importante es lo que el jurado vaya a creer y su decisión estará en base a estos análisis, pero también del resto de pruebas y testimonios que se presenten en la vista oral. P. ¿Qué tipo de registros genéticos existen en EE UU. Se circunscriben a personas condenadas o en la bolsa de datos se incluye a personas sospechosas de delitos? R. Los bancos de datos genéticos son muy útiles para la investigación de crímenes complicados e implican un gran ahorro para el contribuyente. Cuesta mucho dinero y tiempo investigar cuando la policía no tiene sospechosos. En mi país existe una base de datos de ADN pero sólo de personas ya condenadas. P. ¿No existe siempre la tentación policial de ampliar ese bando de datos, pasando por encima de los derechos de las personas, con el fin de ampliar el grado de control y eficacia policial?. R. En EE UU, en la practica totalidad de los estados miembros, los bancos de datos son sólo de convictos y, dependiendo del Estado, también de evidencias concretas encontradas en asesinatos, delitos violentos o contra la libertad sexual o de datos facilitados libremente por familiares en casos de desapariciones. Yo no defiendo la creación de bancos de datos genéticos de toda la población porque no hay una ventaja concreta en ello y, además, existe el derecho a la privacidad. P. ¿Qué límites tiene la información que aporta el ADN para resolver este tipo de casos, cuándo deja de ser una herramienta útil para una investigación? R. En EE UU hay unos límites para que los resultados que llegan de los laboratorios tengan validez ante un jurado: que estén aceptados por la comunidad científica o que los resultados puedan ser obtenidos y comprobados por un laboratorio diferente. Con todo, la clave es cómo se presentan las evidencias ante el jurado, porque los miembros de éste no son científicos. Con lo que se tienen que quedar es que yo soy el experto y creer mis interpretaciones sobre el ADN. P. Pero en su propio país se han levantado voces contra la fiabilidad de los datos y análisis aportados por el FBI como pruebas irrefutables. ¿Hasta dónde llega la fiabilidad de este tipo de análisis? R. Cuando los análisis llegan a manos de los abogados lo cuestionan todo sistemáticamente. Bueno, para eso les pagan, es su trabajo. Pero, lo cierto es que ahora incluso se está utilizando el ADN para exculpar a gente que ha sido condenada injustamente antes de que se empezase a utilizar esta técnica. Entre un cuarto y un tercio de los análisis del FBI y de toda la comunidad forense sirven para exculpar a acusados. P.. Este año, dentro de una investigación por un caso de violación, un juez alemán ordenó a los integrantes de toda una comunidad que se hicieran la prueba del ADN. Estamos hablando de miles de personas. ¿Qué le parece esta decisión judicial? R. En EE UU esto nunca hubiera funcionado. No hay legislación que hubiera dado cobertura a esta decisión, porque el derecho a la privacidad funciona de verdad. Incluso si se hubiera solicitado de un modo voluntario se hubiera podido interpretar como una coacción y las pruebas no serían tomadas en cuenta en un tribunal. Yo creo en tecnología del ADN y aunque un juez me pidiera esos análisis nunca se los daría, tendría que enviarme a la policía. P. ¿Ha seguido el extraño caso del narcotraficante mejicano Amado Carrillo, que terminó sus días en la mesa de operaciones de un especialista en cirugía? R. No sé nada acerca de drogas. Soy inocente (risas). P. ¿Mantienen ustedes relaciones con el resto de los departamentos forenses de las policías españolas? R. Tenemos intercambios con un montón de policías, lo que puedo decir es que en esta materia la Ertzaintza hace un buen trabajo y es realmente eficiente.