Cuba y Nicaragua libran una guerra diplomática sobre las ofertas de asilo
Las autoridades cubanas han reforzado la guardia policial y el control en los alrededores de la Embajada de Nicaragua en La Habana tras el enfrentamiento diplomático surgido la semana pasada a raíz de la oferta de asilo del presidente nicaragüense, Arnoldo Alemán, a 61 balseros cubanos que fueron deportados a la isla desde las Bahamas. Miembros del Ministerio del Interior y agentes vestidos de paisano custodian desde el pasado viernes los accesos a la sede diplomática.
En la Embajada nicaragüense se han recibido en los últimos días centenares de llamadas de cubanos intersados en saber si el Gobierno de Managua los recibiría como asilados. Hasta el momento, no se conoce de ningún intento de entrada ilegal en el recinto de la Embajada. Fuentes oficiales cubanas rehusaron hacer comentarios ayer sobre la razón de estas medidas policiales, así como sobre las últimas declaraciones del presidente Alemán, que el lunes manifestó su disposición «a acoger en Nicaragua» al presidente cubano, Fidel Castro, y a su hermano Raúl «para terminar con el sufrimiento de los cubanos que tienen que huir de su país en balsas».Ésa fue la inusitada contraoferta de Alemán a la pelota envenenada que le lanzó La Habana el sábado pasado, al comunicar que no daría permiso de salida a los 61 balseros repatriados desde las Bahamas, entre los cuales se encuentran cuatro conocidos jugadores de béisbol. «Si el señor Alemán es tan generoso, estaríamos dispuestos a dar autorización a todos los ciudadanos que deseen emigrar legalmente a Nicaragua», dijo entonces el Gobierno de Fidel Castro.
La enrevesada historia comenzó la semana pasada, cuando Alemán anunció que había alcanzado un acuerdo con Cuba para autorizar la salida hacia ese país centroamericano de un grupo de balseros cubanos deportados de Bahamas, adonde habían llegado en diversos grupos desde 1997.
Alemán declaró que había planteado su oferta de asilo a petición de la Fundación Nacional Cubano-Americana, la principal organización anticastrista de Miami, y La Habana desmintió que hubiese un acuerdo con Managua. En medio de ese pimpón se encuentran ahora los 61 balseros, a quienes Cuba niega la posibilidad de salir hacia otro país.
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