Los grupos humanitarios elevan a 4.000 los muertos en el seísmo de Afganistán

Las decenas de miles de supervivientes del terremoto que devastó el pasado sábado el noreste de Afganistán y que causó hasta 4.000 muertos, según las primeras estimaciones de las organizaciones humanitarias, seguían esperando ayer la llegada de ayuda para poder reconstruir sus casas. Al menos 45.000 personas sobre un total de 75.000 habitantes de los distritos de Rostaq y Chah Ab, se encuentran aún a la intemperie en una región montañosa que ya se vio sacudida por otro violento seísmo hace cuatro meses.

La organización humanitaria francesa Acted, que ha recabado información entre los responsables de la provincia de Tajar, una de las más afectadas, aseguró ayer que unas 4.000 personas han muerto en la catástrofe. «A juzgar por la destrucción que han observado sobre el terreno los primeros equipos de rescate, el balance de víctimas podría ser mayor», señalaba Mohamed Asadula, coordinador de la operación de ayuda de la ONU.Los distritos de Rostaq y de Chah Ab, de Tajar, así como el de Shahr-i-Bozurg, en la provincia de Badajshán, fueron los más afectados por el temblor de tierra, que alcanzó una magnitud de 7,1 en la escala de Richter. Según fuentes locales, en Rostaq quedaron destruidas 21 aldeas, 26 en Chah Ab y más de 30 en Shahr-i-Bozurg.

«Salvo en helicóptero, es casi imponsible llegar a las zonas más afectadas», aseguraba ayer un miembro de los equipos de rescate del Comité Internacional de la Cruz Roja. Precisamente este organismo internacional fue el primero en llegar ayer al distrito de Shahr-i-Bozurg, de donde evacuó a unos 60 heridos graves de seis aldeas hasta el hospital de campaña instalado en Faizabad, la capital provincial.

Una de estas poblaciones se había transformado en un montón de escombros aplastados. «Todo esto ha venido de Dios, y nosotros somos muy pobres. ¿Por qué nosotros?», susurraba un anciano ante los miembros de la Cruz Roja.