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DUELO NUCLEAR EN ASIA

EE UU considera que ha aumentado el riesgo de guerra nuclear

Estados Unidos seguía ayer sin encontrar una respuesta adecuada al reto planteado por las pruebas nucleares de India y Pakistán, que han quebrado sus convicciones sobre la situación del mundo tras el final de la guerra fría y han revelado las fragilidades de su liderazgo internacional. Clinton condenó las nuevas pruebas paquistaníes y firmó las sanciones económicas contra Islamabad, pero esos instrumentos se están mostrando insuficientes ante la crisis. Aunque esta vez EE UU no sea parte directa, la impresión en la superpotencia era que la humanidad nunca ha estado tan cerca del abismo de una guerra nuclear desde la crisis de los misiles cubanos de los años sesenta.

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El desconcierto estadounidense es compartido por las otras grandes potencias. Madeleine Albright ha convocado a los ministros de Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad -EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido- a reunirse en Nueva York o Ginebra el próximo 6 de junio. Poco después, el 12 de junio, se verán las caras en Londres los titulares de Exteriores del G-8, el club formado por EE UU, Alemania, Japón, Francia, Canadá, Reino Unido, Italia y Rusia.Las reuniones están en marcha pero las fórmulas para afrontar la crisis no están claras. La nueva prueba nuclear realizada ayer por Pakistán motivó otra condena «enérgica» del Consejo de Seguridad, que le instó a declarar una moratoria y pidió a India y Pakistán a firmar «sin condiciones» el tratado de prohibición total de ensayos nucleares.

Pakistán e India, afirmó por su parte Clinton, «tienen que renunciar a sus pruebas y dar pasos significativos para alterar el curso de esta peligrosa carrera armamentista».

Lo único cierto es la resurrección del espectro de una guerra nuclear en este planeta, que parecía enterrado tras el final de la guerra fría. Dirigiéndose a los cadetes de West Point, William Cohen, el secretario de Defensa , dijo: «Lo que está sucediendo trae a la memoria el comentario de Winston Churchill sobre que el mundo puede regresar a la edad de piedra tan fácilmente como avanzar hacia un futuro brillante».

El senador demócrata por Nueva York Patrick Moynihan, que vivió la crisis de los misiles cubanos desde dentro del Gobierno de Kennedy, advirtió: «Desde entonces nunca hemos estado tan cerca de un conflicto nuclear como ahora; la situación puede explotar en cualquier momento y lo mejor es que nos despertemos». Moynihan criticó duramente a Bill Clinton por su incapacidad para prever la crisis y, una vez desatada, para frenarla. Recordó que Clinton no se enteró de que India iba a realizar pruebas y luego no logró parar a Pakistán.

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Moynihan puso el acento en algo que será discutido en las reuniones internacionales de los próximos días. «Las sanciones económicas», declaró, «no funcionan frente a la voluntad de un país de ascender en su posición en la escena internacional». «Lo que Clinton debería haber hecho», añadió, «es haberle ofrecido a India antes de la crisis un puesto permanente en el Consejo de Seguridad». En un cambio de actitud, Estados Unidos ha decidido no romper todos los lazos con India y Pakistán y mantener a sus embajadores en Nueva Delhi e Islamabad.

La carrera nuclear entre India y Pakistán, subrayaban los analistas estadounidenses, es más peligrosa que la que sostuvieron EE UU y Rusia. Nacionalismo e integrismo son fuerzas más irracionales que las que alimentaron el pulso entre Washington y Moscú; EE UU y la URSS nunca llegaron a guerrear, mientras que Pakistán e India ya lo han hecho tres veces en las últimas décadas, y las superpotencias que protagonizaron la guerra fría estan separadas físicamente, mientras que indios y paquistaníes son vecinos.

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