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DUELO NUCLEAR EN ASIA

Pakistán propone a India rebajar la tensión tras realizar una nueva prueba nuclear

Pakistán realizó ayer otra prueba nuclear, la sexta en 48 horas, pese a la condena internacional generalizada que suscitaron las otras cinco explosiones el pasado jueves. Poco después, el Gobierno de Islamabad ofrecía al de India negociaciones inmediatas para tratar de estabilizar la situación nuclear en la región. «Hay que enfriar la temperatura», manifestaba de forma muy gráfica el número tres del Ministerio de Exteriores paquistaní, Shamshad Ahmed. India, que declaró no sentirse sorprendida por la nueva prueba, reiteró su propuesta de comprometerse a no hacer uso en primer lugar del arma atómica.

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«Déjenme aclarar que sólo ha habido una prueba», declaró Ahmed, secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores encargado de las relaciones indo-paquistaníes. Fuentes oficiales habían anunciado con anterioridad que Pakistán había realizado dos explosiones en el desierto de Beluchistán (al suroeste del país).Ahmed subrayó que la prueba de ayer completaba «la actual serie de ensayos» iniciada por Pakistán el pasado jueves con la experimentación de cinco cargas nucleares en la zona de Changhi. «Todas las explosiones han estado completamente controladas y no ha habido efectos radiactivos», aseguró el portavoz.

La ausencia de fallos en la seguridad tranquilizará sin duda alguna a los residentes de Kali Mohamad Azam, una población situada a 15 kilómetros del lugar de la prueba, que fueron evacuados poco antes de las detonaciones y a su regreso han encontrado sus casas agrietadas y sus enseres por el suelo como si hubiera habido un temblor de tierra. Islamabad también precisó que todas las bombas probadas tenían una «configuración compatible» con sus sistemas de lanzamiento, pero desmintió que ya hayan instalado cargas nucleares sobre el misil de alcance medio Ghauri, con el que se experimentó con éxito a principios de abril. Diversas fuentes se habían hecho eco del montaje de cabezas nucleares sobre varios Ghauri, un misil que puede llevar una carga -atómica o no- de 700 kilos hasta 1.500 kilómetros de distancia. Ahmed insistió, no obstante, en que su país no tiene la intención de lanzarse a una carrera armamentista con India.

«Estamos preparados a entablar discusiones con India para tomar las medidas que sean necesarias para asegurar la moderación mutua y medidas equitativas para la estabilización nuclear en nuestra región», aseguró Ahmed.

«En tanto que país responsable (...), Pakistán asegura hoy a la comunidad internacional y en particular a India su voluntad de entablar de forma inmediata discusiones», añadió. El objetivo de esas conversaciones sería tomar «medidas urgentes para prevenir los peligros de un conflicto nuclear», según Ahmed. A

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un así, Ahmed estimó que las pruebas indias «eran provocadoras», en tanto que las de su país no eran más que experimentos «de reacción».

El Gobierno de Nueva Delhi, por su parte, reaccionó con calma ayer e hizo saber que mantendrá su propia moratoria y no realizará más pruebas. Un portavoz del Ministerio de Exteriores declaró no sentirse sorprendido por la nueva prueba paquistaní. También repitió su propuesta para que ambos países firmen un compromiso de no usar primero el arma nuclear.

El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, descartó la mediación de un tercer país en su tenso tira y afloja con Pakistán y expresó su deseo de resolver sus problemas de forma bilateral. «India y Pakistán tienen que resolver sus diferencias a través de un diálogo fundado en una valoración de la realidad geoestratégica», manifestó por escrito a la agencia Reuters.

Mientras tanto, un grupo de jóvenes indios quemaron ayer dos camiones con refrescos de dos marcas estadounidenses para protestar por las sanciones impuestas a su país tras las pruebas nucleares. Nueve jóvenes montados en tres motos quemaron un camión de Pepsi y otro de Coca-Cola en dos distritos distintos de Surat, a 250 kilómetros de Ahmedabad, la capital del Estado de Gujarat. Los incidentes de Surat no son los primeros. La semana pasada, dos camiones con refrescos extranjeros fueron dañados en Ahmedabad, y a principios de ésta, una heladería de la cadena estadounidense Baskin Robbins fue incendiada.

«No habíamos registrado incidentes de este tipo con anterioridad a las sanciones», manifestó un responsable policial en Ahmedabad. En el último caso, los jóvenes «también rompieron las botellas de cola mientras proferían eslóganes antiestadounidenses», según la fuente.

Los efectos de las sanciones también han empezado a sentirse en Pakistán, donde ayer se conoció la suspensión de una cena oficial «para dar ejemplo» de austeridad y la renuncia a su sueldo del ministro de Comercio.

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