El último vestigio demolido

Los autores de la guía, el equipo arqueológico de la Dirección General de Patrimonio, mantienen que durante las obras de la plaza de Oriente (agosto de 1996) se destruyó un trozo de la muralla medieval. El Ayuntamiento, promotor de las obras, siempre negó estos hechos. Sus arqueólogos consideraron que los vestigios hallados eran modernos. Sin embargo, en la guía se lee: "Las excavaciones de la plaza de Oriente permitieron comprobar la existencia de un grueso muro(...). Se distinguieron 25 metros de lienzo, cuya altura conservada llegó a 11 metros. El lienzo se ubica exactamente en la alineación de la Casa del Tesoro [dependencias del Palacio Real], allí donde los documentos y las vistas de Wyngaerde [autor de un dibujo de las murallas que quedaban en pie en el siglo XVI] evidencian la existencia de la muralla, y alineado con los gruesos lienzos de muralla aparecidos al construir el Teatro Real". Y añaden: "No obstante, los arqueólogos encargados de las excavaciones de la plaza de Oriente descartaron toda evidencia de murallas u obras defensivas, desechando la atención de este lienzo, que consideraron obra moderna de la Casa del Tesoro, y aceptando sólo la presencia de una atalaya aislada y fechada a fines del siglo XI. Sin embargo, la proximidad de esta torre [que se encuentra en el aparcamiento de la plaza de Oriente] permite suponer que se trate en realidad de una torre perteneciente al citado lienzo de muralla [medieval]" .