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El presidente de Indonesia pide el respaldo del FMI a su nueva política

Indonesia inició ayer la delicada tarea de persuadir al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que reanude la ayuda crediticia, suspendida durante las revueltas que en las últimas semanas han culminado con la dimisión de Suharto. El responsable de ese organismo para Asia, Hubert Neiss, inició el martes una visita de cuatro días a Yakarta para reexaminar la situación económica, agravada con la aplicación de las duras recetas del FMI.

Ginandjar Kartasasmita, ministro de Economía, Finanzas e Industria, manifestó ayer que esperaba que el FMI reconozca el compromiso del nuevo Gobierno indonesio de Yusuf Habibie de aplicar reformas políticas y económicas. El ministro, que hizo estas declaraciones tras entrevistarse con Neiss, dijo también que las elecciones generales se celebrarán probablemente no antes de un año. «Necesitamos varios meses, quizás más de un año para hacer la reforma», explicó el alto funcionario.Neiss informará el próximo lunes en Washington al directorio del FMI sobre su misión en Yakarta antes de que el organismo multilateral de crédito decida si reanuda o no la ayuda a Indonesia, crucial para que el país obtenga de nuevo la credibilidad internacional. El FMI ha suspendido un desembolso de 10.000 millones de dólares dentro del paquete crediticio de 42.000 millones suscrito a principios de año. «Estoy aquí para abordar la parte económica del problema, pero está claro que es sumamente importante que haya estabilidad política para que se produzcan progresos económicos», dijo el experto del Fondo.

Además de reunirse con responsables del Gobierno, el representante del FMI se iba a reunir durante su estancia en Yakarta con figuras destacadas de la oposición como el moderado líder musulmán Amien Rais, Megawati Sukarnoputri, hija del fallecido y derrocado primer presidente indonesio, Sukarno, y con el líder del principal e ilegal sindicato, Muchtar Pakpahan. Éste fue excarcelado el pasado martes. Pakpahan ha declarado que el FMI no debería entregar la ayuda crediticia directamente al Gobierno. «Si se le entrega irá a parar a manos de la familia del (presidente) Habibie, del que no me fío (porque) es un corrupto».

El nuevo ministro de Economía, Ginandjar Kartasasmita, manifestó ayer que su Gobierno espera que la aplicación de medidas políticas y económicas restaure la confianza en el país y contribuya a revitalizar la rupia, cuyo hundimiento hace ahora 11 meses ha puesto la economía al borde del colapso. Entre las medidas que serán aplicadas figura la de estimular las inversiones locales y extranjeras, así como la de dar más autonomía a las regiones.

Kartasasmita subrayó que Indonesia respetará los contratos suscritos por el anterior régimen y que tiene intención de hacer frente a sus pagos internacionales. Representantes de los acreedores se reunirán el mes próximo en Francfort con responsables del Ejecutivo para analizar la situación.

Entretanto, crecen las presiones internacionales para que las nuevas autoridades pongan en libertad al líder secesionista de Timor Oriental, Xanana Gusmao, como parte de la serie de excarcelaciones de presos políticos que está previsto tenga lugar en los próximos días. El congresista norteamericano Chris Smith visitó ayer en la cárcel a Gusmao y a otros disidentes e hizo hincapié en que el presidente Habibie no debería excluir al líder timorense de la amnistía prometida.

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El Gobierno de Suharto ha considerado siempre a Xanana Gusmao como un delincuente común. Gusmao, capturado en 1992, fue condenado en 1990 a veinte años de cárcel como instigador de la independencia de Timor Oriental, la ex colonia portuguesa que Indonesia se anexionó en 1975. Portugal también ha pedido su liberación.

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