Ortega Cano: «Lo importante es llegar a octubre en pie»
Caras largas, palabras de compromiso y un ausente cuya presencia se impuso por encima de todos los gestos, todas las declaraciones, toda la corrida. «Bueno, ójala me hubiese tocado a mí. ¿Qué puedo decir?», exclama Ortega Cano. «Sobre los toros de los demás, no opino», afirma José Antonio Iniesta. Víctor Puerto se limitó a permanecer incomunicado. Las frases y los silencios se refieren al único astado que se llegó a lidiar de la corrida anunciada de Garcigrande. «En fin, como decía El Viti, lo importante es llegar a octubre y mantenerse en pie», concluye el diestro de Cartagena y director de lidia. Tema cerrado. Desde el tendido se hizo oír a modo de conclusión: «Una pena».«De toda la tarde, me quedo... pues eso, con la tarde. Con la ovación. He salido desmonterado para dejar constancia de que era mi última presencia en Las Ventas», dice Ortega Cano. Iniesta, que se doctoraba: «Lo mejor, la ceremonia».
Sobre el juego de los toros, el poco entusiasmo se convierte, de repente, en desidia. El que se despedía resume veloz: «Yo sabía que con una ganadería así no se podía venir a San Isidro (se refiere al hierro de José Benítez Cubero). En un principio he pensado, pues tenía esa opción, dejarlo para la Feria de Otoño. Pero, bueno...» dice lacónico para retomar el asunto de la ganadería sustituta: « Tuvo sus momentos buenos, pero ya no. Ninguno de esta ganadería, y no hablo sólo de los míos, ha dado la menor opción de triunfo»,.
«Imposible transmitir»
«El primero», continúa, «iba con la cara alta y no se dejaba hacer nada. Yo he intentado llevarlo a media altura. Pero, así es imposible transmitir nada a los tendidos». Con su segundo se muestra aún más expeditivo: «Pensaba que algo podría sacar y por eso se lo he brindado al público. Pero luego... Si no tienes la colaboración del toro no puedes hacer el toreo que sientes. No puedo traicionar mi forma de torear. Además, ¡es que no me sale de otro modo!», comenta y acto seguido apunta: «Eso sí, con la espada me he tirado a por todas».El que debutaba se limita a señalar que intentó, cuanto menos, estar «voluntarioso». «Otra cosa no se podía hacer con unos toros imposibles. Ha sido una pequeña desilusión porque una corrida así te la planteas con toda la ilusión. Pero bueno, los animales...». Sus últimas palabras van dedicadas a Puerto: «A él se le ha visto con unas ganas tremendas y el toro se le ha parado al final».
«Por delante queda toda una temporada», dicen en sintonía Ortega e Iniesta. Al segundo, de momento, le esperan el sábado próximo en el pueblo de su sobrenombre y más tarde... «a ver qué pasa», apostilla. Al primero le esperan cerca de medio centenar de corridas en su última temporada. Detrás, un toro y, como decía El Viti...
Babelia
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