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Más de 1.000 personas se suman en el campus de Álava a la protesta contra las amenazas de los radicales

El campus universitario de Álava vivió ayer una escena insólita durante el paro convocado por su junta directiva para protestar contra la campaña de amenazas proferidas por los radicales hacia profesores y personal no docente, que se ha intensificado en las últimas semanas. Mientras más de 1.000 personas, entre profesores, alumnos, personal de administración y políticos, se concentraban delante de la Facultad de Filología, Geografía e Historia para deplorar las coaciones de los violentos, enfrente se situaron 30 estudiantes afines al entorno radical con una pancarta reclamando Democracia para Euskal Herria y en una esquina, otros veinte alumnos se manifestaron en contra de "las amenazas y el cierre de la Facultad". "Mantenemos una postura intermedia", justificó el portavoz de este último colectivo, "porque estamos en contra de cualquier tipo de violencia, pero también de imposiciones, como la del decano de la Facultad de Filología, que decretó el cierre del centro la pasada semana de manera unipersonal". Al final, este cierre se tranformó en una huelga de dos días. El propio decano de la Facultad, Joaquín Gorrotxategi, reconoció ayer que se pudo equivocar en el procedimiento, pero no en el gesto. La concentración promovida por la junta del campus recorrió el entorno universitario en silencio durante 30 minutos. Cuando terminó de dar la vuelta al campus, los 40 estudiantes radicales fueron a su encuentro y rompieron el silencio con gritos como "hablan de paz, pero torturan y asesinan". Una dotación de antidisturbios de la Ertzaintza permaneció alerta, pero no fue necesaria su intervención. El representante del consejo de estudiantes de la Facultad, Sergio Salas, leyó un comunicado condenando las amenazas contra los miembros del centro y animando al conjunto de estudiantes y profesores de la Universidad del País Vasco a tomar postura contra la violencia, tanto física como de palabra. Gorrotxategi calificó como "muy positiva" la participación en la concentración y en la posterior manifestación por el campus y recalcó que "los radicales son pocos y no podrán vencer. Lo único que les queda es gritar y seguir utilizando la coacción".

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