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Reportaje:

La química del menú

Las reacciones químicas que se producen dentro de un menú cotidiano ha sido el trabajo con el que los alumnos de primero de Bachillerato del colegio Ursulinas de Vitoria han conseguido un destacado galardón de ámbito nacional que les abre las puertas para medirse con otros estudiantes europeos. El premio a la Educación Científica, auspiciado por las industrias químicas españolas, ha hecho que los propios responsables del departamento de Ciencias de este centro escolar se sorprendan de la capacidad de estos alumnos de 17 años para sumergirse con naturalidad en el complejo mundo de la química, "Desde el departamento creímos que los chavales se enfrentaban con esta materia pensando que es muy abstracta y por eso les propusimos que hicieran un estudio sobre la química en la vida diaria", señala uno de los docentes. "Con esa premisa, ellos se reunieron, hicieron grupos y empezaron a trabajar en diferentes temas". El resultado de esta labor investigadora y de documentación fueron "unos trabajos alucinantes" de los cuales eligieron tres para enviarlos al concurso. El más llamativo lo realizó un grupo de siete adolescentes: se centraba en el estudio de un menú mediterráneo clásico. "Se trata de una comida compuesta de paella, merluza en salsa verde, bizcocho de postre y vino", explican las componentes del novel equipo de investigación escolar. "Consistía en desentrañar las fermentaciones que allí se producían, el proceso de cocción y las reacciones químicas más habituales en la preparación de los platos". El profesor detalla, no sin cierto orgullo, los entresijos de una empresa que considera "tiene un valor académico muy importante porque les incita a entrar en mundo absolutamente cotidiano". Los responsables del colegio reconocen que su labor se limitó a orientar a los alumnos sobre los posibles temas que podrían desarrollar. "Ha sido un trabajo teórico, basado en la consulta de libros especializados", explica una de las autoras. "Nos hemos dedicado a documentarnos, pero no hemos entrado en el campo práctico". Los tres trabajos presentados al concurso, junto con un informe sobre los objetivos de la actividad, quedaron finalmente en un tercer puesto "que fue muy debatido ya que estaban muy igualados". La calidad de los mismos ha impulsado a los organizadores a presentar los tres a la fase europea del certamen, que está avalada por la federación de empresas químicas continentales, además de una firma privada. Han conseguido como premio cien mil pesetas para el centro, cantidad que debe revertir en material destinado a la actividad científica de los escolares, pero lo más apreciado por los responsables de las Ursulinas han sido las inquietudes que ha despertado. Varias de las alumnas que han elaborado el estudio destacan sentirse enganchadas por la química. Subrayan que tan sólo han recurrido a sus madres "para que nos faciliten las recetas, que no las conocíamos demasiado".

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