Cristina Sánchez hace historia
La matadora se convierte hoy en la primera mujer que confirma la alternativa en Las Ventas
Un momento histórico. Pocas frases están tan asociadas a Cristina Sánchez como ésta: en su debú con picadores, en la alternativa, cuando pisó de novillera el coso venteño, y ahora. La matadora madrileña, de 25 años, se dispone a confirmar la alternativa en Las Ventas. Detrás la contemplan un pelotón de encendidos titulares que, como el partido del siglo de todos los meses o la crecida bursátil de los martes, aluden a un momento definitivamente histórico. La primera mujer de España, el mundo, la galaxia, el universo... que por fin lo consigue. «Es sin duda un factor que viene a agravar lo que siempre significa torear. Y más en Madrid. Yo, por mi parte, intento no planteármelo. Al fin y al cabo hago lo que, en una progresión lógica, hace cualquiera que se dedica a esta profesión», dice desmitificadora y profunda.Cristina, hija del subalterno Antonio y alumna en la Escuela de Tauromaquia de Madrid del matador Gregorio, los tres Sánchez de apellido, decidió con 14 años que quería ser lo que es. Una becerra en el pueblo madrileño de Talamanca del Jarama fue la testigo del acontecimiento, por supuesto histórico. Atrás quedaron sus primeros trabajos en una peluquería madrileña y en la oficina de una empresa de extintores. «Lo que tiene el dedicarte tan pronto a esto es que te hace tomar decisiones de adulto cuando no lo eres. Por encima de todo», continúa, «está el ser consciente desde el principio de que tienes una responsabilidad con tu trabajo. Ser pionera es bonito. Pero puedo asegurar que hacer historia no da un solo contrato».
El 25 de mayo de 1996 tomó la alternativa en la plaza de Nimes. «Desde entonces llevo casi dos años de matador. Entre España y América no me he tomado un solo descanso. Por no tener, no he dispuesto ni de esos meses tan necesarios que se puede coger cualquiera», razona como preámbulo a la conclusión: «La tarde de hoy puede ser todo menos fruto de la casualidad». En Francia, fueron Curro Romero y Jose María Manzanares los encargados de doctorar a Cristina en una tarde otra vez, histórica. «¿Qué puedo decir? Casi un sueño. Dos de los toreros que más admiro. Ahora, eso sí, me hubiese gustado que hubiesen sido Curro Vázquez y Julio Robles, que son los que he seguido desde pequeña», dice.
En parte, la última frase, pronunciada con todas las precauciones, sirve de prólogo a la formulación de un deseo que finalmente se cumple. Curro Vázquez es el señalado para confirmar la -en efecto, histórica- alternativa de la madrileña. «Se retiró el mismo año que yo tomé la alternativa y justo ahora reaparece... Es todo tan bonito y a la vez tan pasional... Llegar a conseguir esos retos, esos sueños... Madrid, la Feria de San Isidro, Curro Vázquez», comenta. En el recuerdo quedan las negativas de algunos compañeros a compartir cartel con ella. «El balance, de momento, no es muy largo, pero sí ha habido cosas importantes. El hecho de decir que toreo cada año 60 corridas en España y 20 o 30 en América es muy fácil escribirlo, pero hay que pasar una tras otra», concluye atajando dudas para a continuación rematar: «Esto es duro para todo el mundo. El ser mujer en un mundo de hombres no cuenta».
¿Cristina Sánchez acaba con el machismo en los toros? «Por fin, la pregunta. Siento decir que no. Para nada. La mujer va evolucionando, pero muy lentamente. Hay como un tupido velo para que nos creamos... Sin embargo, cuando llega la hora de la verdad nos cuesta mucho más que a los demás. Yo tengo el reconocimiento de los profesionales, de los aficionados, pero siempre queda una pequeña incógnita. La mujer no ha entrado en el mundo del toro. Creen en mí por lo que he hecho, pero, en el fondo, no confían que otra lo pueda conseguir». De momento, en este asunto, no hay momento histórico.
Babelia
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