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Gobierno y Junta construirán unidos una depuradora para el agua tóxica de Doñana

26.240 kilos de peces muertos han sido recogidos ya en la zona afectada

El Gobierno central y la Junta acordaron ayer construir una depuradora para el tratamiento de los 2,5 hectómetros cúbicos de agua tóxica embalsada en la zona de diques de Entremuros, en el límite con el parque de Doñana. Los trabajos, tras el acuerdo adoptado por la comisión de coordinación, se inician hoy en dos direcciones: la construcción de dos tanques donde se tratará el agua tóxica mediante la incorporación de cal (entre 1.000 y 2.000 toneladas de óxido cálcico), para elevar el pH del agua (grado de acidez), decantar los metales pesados y encauzarla ya depurada aguas abajo del río. Este proceso de depuración será provisional hasta que en los próximos meses se construya otra depuradora permanente al final del cauce.

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De esta manera se atiende a la propuesta de los científicos, que ya el pasado miércoles recomendaron realizar un tratamiento de choque del agua tóxica procedente del vertido provocado la madrugada del pasado 25 de abril al romperse la balsa de la mina de la empresa Boliden en la localidad sevillana de Aznalcóllar.La idea de los científicos consiste en la utilización de cal, precipitar los metales pesados y, una vez decantada el agua vertida, encauzarla pasándola por muros porosos de caliza que actúen de filtro, en dirección al cauce del Guadalquivir. También reclamaban los expertos la instalación de una depuradora, en la parte terminal del cauce, para realizar el tratamiento de las aguas que, ante las previsibles lluvias, especialemente el próximo otoño, puedan caer directamente a los lodos.

Proyecto

El Gobierno central y la Junta estudiaban ayer el inicio de los trabajos. El primer proceso de depuración implicará la construcción de dos tanques de unos 2.500 metros cuadrados cada uno, a los que se bombeará el agua contaminada embalsada en Entremuros. Una vez aquí, se procerá a su mezcla con cal para subir el pH y decantar los metales pesados.El agua resultante, una vez depurada, será vertida al río por el canal de aguas mínimas, que ahora se encuentra seco. En el fondo quedará el lodo, mezcla de cal y metales, que una vez seco será retirado en camiones. La Consejería de Medio Ambiente, mientras, ha recogido ya en la zona afectada 26.240 kilos de peces muertos, 797 huevos, 23 nidos de aves, 7 aves muertas (dos pollos de garza imperial, un pato, una focha, una gaviota y dos patos salvajes), una rata de agua muerta, 12 huevos de garza imperial y restos de tres cascarones de cerceta pardilla. El pasado miércoles se recogieron además 10 kilos de cangrejos muertos y hasta 600 de peces.

Hasta el día de ayer, no se habían detectado patologías relacionadas con el vertido de agua tóxica. Las autoridades reiteraron la prohibición para que los particulares manipulen los lodos y ordenaron a las Fuerzas de Seguridad que vigilen que el personal que trabaja en las tareas de recogida de lodos estén debidamente protegido.

Los ecologistas (Adena, CEPA, CODA, Greenpeace y SEO) mostraron ayer su asombro por la actitud de las administraciones central y autonómica, a las que acusaron de tener un pacto de silencio para «ocultar la magnitud» del desastre ecológico en el entorno de Doñana.

Tras asegurar que la contaminación ha llegado ya al Guadalquivir en la zona donde desemboca el Brazo de la Torre, advirtieron que los primeros análisis recogidos en el área contaminada han detectado una «elevada» presencia en agua y sedimentos de metales pesados como el zinc, cadmio o mercurio, que son «muy tóxicos y de efectos negativos». Metales que por otra parte se encuentran, añadieron, en cantidades muy superiores a las permitidas en la normativa.

Greenpeace también alertó sobre la presencia a dos kilómetros de la balsa de la mina de Aznalcóllar que provocó el vertido de cinco millones de metros cúbidos de agua y lodo tóxicos de otro metal pesado, el talio. Se trata de un potente raticida, extremadamente tóxico y que puede «volatilizarse», con lo que el «potencial» riesgo de inhalación es peligroso para los agricultores o habitantes, según laa organización.

«Lavado de imagen»

Los ecologistas, que pidieron ayer participar en la comisión de coordinación de las administraciones y asimismo en el comité de expertos a través del catedrático de Ecología Narcís Prat, denunciaron la estrategia seguida hasta el momento por las administraciones, como orientada a llevar a cabo «un lavado de imagen» para tapar la «auténtica chapuza».Por ese motivo, solicitaron ayer la delimitación de la zona, criticaron a los políticos por minimizar los efectos del vertido y exigieron que los trabajadores que retiran los lodos adopten todas las medidas preventivas. Antes, criticaron las tareas de limpieza y aseguraron que, al ritmo actual, tardarán al menos tres años en retirar los 2,5 millones de toneladas de lodo.

El coordinador de la CEPA (Coordinadora Ecologista Pacifista de Andalucía), Juan Clavero, calificó ayer de «bochornosa» la actitud de las diversas administraciones al dar prioridad a la limpieza de lodos en el Vado del Quema, una zona que espaso obligado de la romería de El Rocío, en vez de atender a toda la «dimensión de la catástrofe».

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