130 observadores italianos retan al Gobierno mexicano al adentrarse en Chiapas
Una misión de 130 observadores italianos desafío la prohibición gubernativa de visitar los dos municipios autónomos zapatistas desmantelados por el ejército y la policía de México, y se adentró en el norte de Chiapas. La Secretaría de Gobernación había autorizado el viaje de diez de ellos, divididos en grupos de cinco, a los concejos de Taniperlas y Agua Tinta. Los italianos respondieron que o todos o ninguno, y fueron todos. Queda por ver si, a su vuelta, la secretaría (Ministerio del Interior) decide alguna expulsión. Coincidiendo con el levantamiento del retén policial que impedía el paso de la caravana de observadores, a fin de evitar incidentes, según fuentes oficiales, Fernando Solís Cámara, subsecretario de Población y Servicios Migratorios, prometió aplicar la ley, y no tolerar provocaciones. «Ya venían con esa intención al programar la visita de un grupo tan numeroso de observadores», advirtió.«Si las autoridades dicen que no pueden garantizar nuestra seguridad en Taniperlas, donde están el ejército y la policía estatal, es que ocurre algo grave. ¿Hay un estado de sitio? ¿un estado de excepción? Allí hay problemas. Vamos a llegar para entregar nuestra ayuda y expresar nuestra solidaridad», dijo Federico Mariani, portavoz de la misión italiana, quien afirmó haber recibido información sobre la existencia de mujeres y niños encerrados en su viviendas.
Militarización
Los observadores, entre ellos diez eurodiputados de la izquierda italiana, no esperaron a salir de México para lanzar sus críticas. Después de haber visitado el poblado La Realidad, cerca del principal agrupamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), protestaron contra la militarización de la zona. «Es muy grande comparada con la población. Es desproporcionada y limita las actividades económicas y sociales de las comunidades indígenas», subrayó Mariani. La delegación, cuyos integrantes visten camisolas con el texto «todos somos indios del mundo», recibieron denuncias sobre hostigamientos de grupos paramilitares o abusos por parte del ejército, lamentó las condiciones «paupérrimas» en que viven los refugiados de Polhó.La presencia de extranjeros prozapatistas en Chiapas molesta al Gobierno del presidente Ernesto Zedillo. «Estamos en el derecho de decirles a esos señores progresistas, entre comillas, que vienen a nuestro país a señalarnos nuestros defectos desde su perspectiva, que deberían saber un poco de nuestra historia», declaró Zedillo. A su juicio, el trato de México como nación opresora de los indígenas es injusto porque tuvo un presidente, como Benito Juárez, «que era un indígena puro», «¡el más grande presidente que hemos tenido!», y «ha sido tierra generosa y de tolerancia para muchos que no tuvieron esa generosidad y esa tolerancia en su propia tierra».
El subsecretario de Población anunció a la prensa que se han impuesto restricciones a la entrada de observadores. «Aceptamos observadores serios, y que tengan representativividad. No queremos grupos masivos que utilicen nuestro país y nuestro territorio como un lugar para recrearse y hacer turismo revolucionario», señaló Solís Cámara.
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