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DESASTRE ECOLÓGICO

Miguel Delibes: «Los ecologistas tenían razón»

Alejandro Bolaños

Las primeras 48 horas tras la rotura de la balsa de las minas, no tuvo más remedio que seguir por televisión -«me sentía faltal»- cómo una riada tóxica invadía el pedazo de tierra privilegiada al que ha dedicado 25 años de su vida. Una operación de menisco impidió acercarse a Doñana en los primeros momentos al naturalista Miguel Delibes, director de la Estación Biológica hasta finales de 1995. El pasado sábado pudo ver con sus propios ojos la magnitud del desastre. «Creo que los naturistas nos hemos hecho ahora más radicales», asegura.«En su momento nos convencieron de que esto no podía ocurrir nunca, y nosotros nos dejamos convencer» dice, para subrayar a continuación que «los únicos en levantar la voz fueron los ecologistas». Y vuelve a lamentarse. «A mí, que tenía recelos, me dijeron: "Miguel, es como si duermes todas las noches al raso porque tienes miedo de que se te caiga el techo de la casa encima". Y yo lo creí».

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Para Delibes, el archivo de las denuncias que hubo sobre filtraciones en la balsa cuya rotura originó el desastre es un buen argumento para «crear un órgano judicial específico para delitos contra el medio ambiente». El ex director de la Estación Biológica cree que la dicotomía entre Parque Nacional y Parque Natural es absurda: «Lo que está en cuestión es la comarca de Doñana». Su diagnóstico sobre los próximos años es claro: «Los contaminantes vertidos no matan inmediatamente, pero van a llevar a una reducción de la calidad y diversidad de la fauna en los próximos 20 años».

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