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La Coordinadora Ecologista pide la protección de otros 24 humedales

Para los ecologistas, el proyecto de Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana es incompleto. La Coordinadora Ecologista del Sud del País Valencià, con sede en Santa Pola (Alicante), ha presentado una alegación al proyecto presentado por la Consejería de Medio Ambiente en la que solicita medidas protectoras para 24 humedales no catalogados de la provincia, entre los que incluyen ocho parajes que ni siquiera figuran en el inventario elaborado por los técnicos de la Administración. Ese inventario consta de 28 zonas húmedas en la provincia de Alicante, de las que 12 quedan protegidas, cuatro de ellas calificadas ya como parques naturales: Marjal de Pego-Oliva, Salinas de Santa Pola, El Fondo de Elche y las lagunas de la Mata-Torrevieja, enclaves con régimen específico de protección. La asociación ecologista consiera "positiva" la inclusión de otros ocho humedales en el catálogo (Salinas de Calpe, Laguna de Salinas, Laguna y Saleros de Villena, Hondo de Amorós, Saladar de Aguamarga, Balsares-Carabassí y los embalses de La Pedrera y Elda), aunque reclama un carácter "lo más exhaustivo" posible del mayor grado de protección real que conlleva la catalogación. Esa protección se traduce en marcar los límites de cada humedal, medida de la que quedan excluidos los humedales que no figuran en el catálogo oficial, matiz de indefinición que según los ecologistas juega en contra de los intereses mediambientales. Por este motivo, la alegación plantea que Medio Ambiente defina legalmente los límites físicos de todos los humedales para aumentar su protección legal. El documento reivindica una sustancial ampliación de las zonas protegidas, a las que se añaden 24 parajes más de Alicante susceptibles de incluir en el catálogo. Esas zonas húmedas serían los embalses de Beniarrés, Tibi, Isbert, Guadalest, Elche, Amadorio, Relleu, Cid y Crevillente, las albuferas de Xàbia, Gaianes, Moraira, Alicante, Gleda y Zacañete, el Marjal de Onil, las Salinetas de Novelda, los saladares de Fontcalent y Arneva, los Hondos de Rabasa, las lagunas de Fontcalent, la cuenca baja del río Monnegre, la desembocadura del río Segura y el cauce bajo del río Seco de Pilar de la Horadada. Los ecologistas acompañan a la alegación información detallada sobre los valores naturales más relevantes de cada uno de estos humedales. Revisiones periódicas Por último, se plantea que el proyecto de ley del decreto incluya el establecimiento de medidas cautelares que impidan la degradación de las zonas húmedas antes de la aprobación del catálogo en las Cortes, así como la obligatoriedad de efectuar revisiones periódicas de ese listado para registrar un seguimiento de los humedales y para abrir la puerta a nuevas incorporaciones. Esas revisiones se deberían realizar, por parte de una comisión de seguimiento de expertos, como mínimo cada cuatro años.

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