"Cinebasura" contra "telebasura"

Tras una larga etapa dedicados a la publicidad, la pareja formada por los guionistas y directores Félix Sabroso y Dunia Ayaso tiene un inesperado éxito con su primera película Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí (1996). Una barata comedia que los sitúa entre el grupo de realizadores que, deslumbrados por el cine de Pedro Almodóvar, tratan de imitarlo de cualquier manera en lugar de intentar convertirse en sus discípulos.Este éxito los anima a hacer El grito en el cielo, otra comedia, que se sitúa en una línea muy similar, pero que está realizada con bastante más dinero. Protagonizada por la norteamericana de origen latino María Conchita Alonso, plantea una mínima anécdota, a la que intentan dar alguna vida un conglomerado de 15 actores, y cuya única novedad es incluir algunos toscos números musicales.

Planteada como una crítica de la telebasura , su principal problema es caer en los mismos defectos que pretende criticar. Es decir, El grito en el cielo es tan tópica, tiene tan poca gracia y resulta tan aburrida como el programa El cielo de Miranda Valle que intenta parodiar.

Los guionistas y directores se limitan a ordenar las apariciones de los diferentes personajes, pero sin querer darse cuenta de que en realidad no narran nada, para intentar encubrir que la historia sólo pasa de unos a otros. Su trabajo se limita a convertir a cada uno de los personajes en un arquetipo para que no se confunda con los restantes, dejar que se entremezclen y hacer aparecer con una cierta regularidad.

Este problema de falta de historia se nota todavía más en El grito en el cielo , porque la narración se concentra durante las horas que dura la grabación de un programa de televisión.

Dentro de esta peculiar manera de concebir el cine, el peso de la película cae sobre los actores, pero Sabroso y Ayaso consiguen igualar las actuaciones de los muy diferentes miembros de su reparto hasta convertirlos en uno solo, que además se confunde con el decorado, la musiquilla y la falta de historia, hasta llegar a desaparecer dentro del peculiar cinebasura que han creado.