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Marruecos promete buscar fórmulas para asegurar el futuro a los pesqueros españoles

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el primer ministro marroquí, Abderramán Yusufi, coincidieron ayer en la necesidad de engordar el "colchón de intereses" entre España y Marruecos a fin de amortiguar los puntos de fricción que se puedan producir. Marruecos dio garantías de que los "intereses económicos y estratégicos" de ambos países quedarán asegurados cuando expire el acuerdo de pesca que mantiene con la Unión Europea: Rabat promete buscar nuevas fórmulas que garanticen la presencia de la flota española en aguas marroquíes.

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Aznar, que fue recibido a mediodía de ayer por el rey Hassan II en una audiencia de 45 minutos, se mostró profundamente satisfecho de su entrevista con el nuevo primer ministro marroquí, primera que éste mantiene con un dirigente europeo tras su ratificación por parte del parlamento marroquí. Marruecos y España van a iniciar una serie de reuniones destinadas a encontrar de aquí a finales de 1999 "nuevas fórmulas" para mantener y desarrollar los intereses pesqueros comunes que podrán entrar en vigor cuando expire el actual acuerdo entre Marruecos y la UE que permite que más de 500 barcos españoles faenen en las costas marroquíes y saharianas.

Yusufi ha salvado el escollo político levantado por anteriores gobiernos, que declararon "no habría más acuerdos de pesca". El nuevo primer ministro marroquí ha prometido ""cooperación entre los sectores privados" y que los "legítimos intereses del sector pesquero español seran salvaguardados".

Aznar, a quien acompañaban siete ministros ( Economía, Exteriores, Industria, Fomento, Agricultura, Justicia y Educación y Cultura), ofreció a Marruecos una nueva reconversión de la deuda que mantiene con España en forma de inversiones. Esta formula ya se aplicó el pasado año, en dos tramos y por un valor global de 11.000 millones de pesetas, y España pedirá ahora al club de París que autorice la reconversión por un nuevo tramo que podría llegar hasta el 20 o el 30% de los más de 100.000 millones de pesetas que adeuda Marruecos. España está interesada en participar en el proceso de privatizaciones que ha iniciado la economía marroquí en sectores tan importantes como las telecomunicaciones o los transportes.

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La presencia de tres ministros del área económica, (Agricultura, Industria y Fomento), con su vicepresidente Rodrigo Rato al frente, refleja la importancia que da Madrid al estrechamiento de las relaciones comerciales y financieras entre los dos países. Marruecos, por otra parte, es el país que mayor ayuda a la cooperación recibe de España, que se puede intensificar en los próximos meses con nuevos proyectos en el campo de la educación y la cultura. La política, y concretamente el tema del Sáhara, también estuvo presente en las conversaciones. España sigue dando garantías de que mantiene una estricta neutralidad, con plena cooperación al plan de arreglo diseñado por las Naciones Unidas. La posición española, sin embargo, no parece convencer a las autoridades marroquíes que consideran como un acto de hostilidad la activa presencia de ONG españolas en Tinduf, en apoyo de los refugiados saharauis.

Sobre Ceuta y Melilla, cuya soberanía reclama para Marruecos, partido del actual primer ministro, Aznar fue claro y tajante ante las preguntas de los periodistas marroquíes: "Tenemos posiciones distintas. Conocemos cuáles son y continuaremos dialogando". Nada más.

En el plano internacional, el primer ministro Yusufi expresó su confianza en que España consiga reavivar en el seno de la Unión Europea el diálogo euro-mediterráneo, la llamada Conferencia de Barcelona, bloqueado en gran medida por el conflicto de Oriente Medio.

La presencia de Israel como integrante de la conferencia es cuestionada por los países árabes en la medida que el Gobierno de Benjamin Netanyahu sigue bloqueando los acuerdos de paz. Aznar, que en breve viajará a Israel, Palestina y a Egipto, se mostró prudente al pronunciarse sobre la situación en Oriente Medio, aunque señaló que el principal esfuerzo le corresponde realizarlo a Israel.

La reunión con Obiang

El pequeño misterio de la cumbre ha sido la frustrada entrevista entre el dictador guineano Teodoro Obiang, que se encuentra en Rabat, y el primer ministro español. Según fuentes marroquíes, la entrevista debería haberse realizado en Marraquech, ciudad del interior que iba a visitar Aznar de forma privada, antes de la cumbre. Obiang, sin embargo, se habría negado a viajar a Marraquech y pidió una entrevista en Rabat, con luz y taquígrafos. La respuesta fue negativa. No había tiempo en la cargada agenda del presidente español,que no quería mezclar la cumbre con la entrevista con Obiang. En la rueda de prensa, Aznar señaló que había hablado en los últimos días con Obiang, que lo volvería a hacer "manaña o pasado", pero que no tenía tiempo para él en Rabat.

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