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EE UU fracasa de nuevo en su gestión en Israel

Una oleada de pesimismo ha empezado a invadir al equipo de técnicos y colaboradores que viajan con el emisario estadounidense, Dennis Ross, por Israel, en lo que podría ser el penúltimo intento de Estados Unidos por desbloquear el proceso de paz. La misión parece abocada ya a un fracaso similar al cosechado el pasado mes de marzo, cuando el mismo mediador de la Casa Blanca volvió a Washington con las manos vacías. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y Dennis Ross han mantenido durante este pasado fin de semana dos largas e infructuosas entrevistas en un intento desesperado por desbloquear el proceso de paz, congelado desde hace más de un año.

La primera de estas reuniones se llevó a cabo el sábado por la noche, una vez finalizada la fiesta religiosa del Sabath, en la residencia oficial del jefe de Gobierno israelí, donde los dos interlocutores permanecieron reunidos por espacio de más de tres horas, mientras en los pasillos esperaban asesores y técnicos de ambos equipos. Una segunda reunión se produjo ayer domingo, también en la residencia oficial, a media tarde, prolongándose asimismo durante varias horas, sin que a lo largo de la misma los dos negociadores pudieran llegar a una conclusión satisfactoria que permitiera avanzar en los Acuerdos de Oslo, según aseguraron portavoces de la delegación estadounidense, sobre la retrirada militar de Israel en Cisjordania. Poco antes, según informa la agencia France Presse, Ross se había reunido con el ministro de Defensa, Isaac Mordejai, y con el representante del ala más dura del Gobierno, el ministro de Infraestructuras, Ariel Sharon.

«Netanyahu ha vuelto de su visita a Auschwitz muy impactado y está muy determinado a insistir y defender las necesidades de seguridad de Israel», aseguró un portavoz del primer ministro, refiriéndose a la negativa del Gobierno israelí a acceder a un repliegue militar del 13% del territorio, que es lo que reclaman los estadounidenses, alegando para esta negativa que de hacerlo se pondría en peligro la protección de la comunidad israelí.

«No se le pueden dictar a Israel posiciones que son inaceptables para su seguridad», declaró el secretario del Gabinete israelí, Danny Davé, a la radio, según informa Reuters. «Sólo Israel puede decidir sobre sus necesidades de seguridad, y sólo Israel puede decidir la amplitud del repliegue».

La misión de Dennis Ross parece bloqueada y fracasada, según se asegura en círculos diplomáticos, lo que en opinión de los citados medios pondría en suspenso la celebración de la cumbre de Londres entre Benjamín Netanyahu y Yasir Arafat, convocada la semana pasada para el próximo 4 de mayo a propuesta del primer ministro británico, Tony Blair, y que en principio debería ser tutelada y dirigida por la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Ésta se reunirá por separado con Netenyahu y Arafat. «No tiene sentido ir a Londres a celebrar una reunión si antes no hay un principio de acuerdo», aseguraba ayer a su vez un portavoz del Gobierno palestino, quien participaba asimismo del sentimiento de pesimismo manifestado por el equipo de mediadores estadounidenses.

Al igual que en anteriores ocasiones, Netanyahu recordó ayer a Estados Unidos que no quiere su injerencia, informa Reuters. «Espero que Estados Unidos mantenga su posición de que Israel, y sólo Israel, puede decidir su seguridad y su repliegue», declaró ayer Netanyahu a la cadena de televisión norteamericana Fox. «Haremos lo que podamos, pero yo no apoyaré aquello que ponga en peligro la seguridad de Israel».

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La última esperanza de avanzar en el proceso de paz podría encontrarse, sin embargo, en El Cairo, donde mañana Benjamín Netanyahu se reunirá para desayunar con el presidente Hosni Mubarak, en la primera salida que el actual jefe del Gobierno israelí efectúa a un país árabe.

La cita de Mubarak y Netanyahu fue pactada hace una semana aproximadamente a través de una conversación telefónica, en la que el presidente egipcio invitó al primer ministro israelí a visitar la capital, antes de acudir a la cumbre de Londres, en la que todos los observadores políticos aseguran que se encuentra la última esperanza para desbloquear el proceso de paz.

Mientras los militantes de la organización integrista palestina Hamás amenazan con desencadenar una oleada de atentados contra objetivos israelíes, en venganza por el asesinato de su líder militar y político, Muhiedín al Sharif, muerto de manera aún no aclarada el pasado mes de marzo.

Cerca de medio millar de militantes y dirigentes de Hamás profirieron estas amenzas contra Israel el pasado sábdo por la tarde en un polideportivo de Hebrón, donde se reunieron para honrar a Al Sharif 40 días después de su muerte. Este dirigente islamista palestino estaba considerado por el Gobierno israelí como uno de los principales cerebros de los dos atentados perpetrados en Jerusalén el pasado verano.

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