Soledad Puértolas ve en una pintura de Macke el reto a las convenciones
La escritora participó en 'El cuadro del mes' de la Thyssen
Descubrir que la grandeza de la vida está en su fragilidad y sus dudas se lo debe la escritora Soledad Puértolas a Circo, un cuadro de August Macke (1887-1914). El expresionista alemán re presenta en esta pintura "la tragedia moderna y nos invita a retar las convenciones", aseguró ayer la autora de Queda la noche en el programa El cuadro del mes, del Museo Tbyssen-Bornemisza de Madrid.
"Era el perseguidor de la luz", dijo Puértolas (Zaragoza, 1947) de Macke, un artista con el que afirma tener una relación de "entusiasmo y emoción". Desde el día en que, "a reganadientes", Puértolas lo descubrió en Bonn, el pintor " se instaló" en su vida: "Es la clase de pintura que más agradeces, porque te reconforta al mostrarte la brecha iluminada de la vida". La escritora cuenta la conquista decisiva, cuando entre aquel inacabable festín de color fue seducida por las sombras. "Quizá los colores salgan de esas sombras como las palabras salen del silencio". Lo dice, sobre todo, por Circo, pintado por Macke un año antes de su muerte, a los 27 años, durante la I Guerra Mundial, en el campo de batalla. El cuadro, considerado atípico en su obra por el dramatismo, es, según Puértolas, como "una premonición". Retrata el momento en que una amazona acaba de caer del caballo y es evacuada por tres acróbatas cabizbajos en medio del silencio y la quietud del colorido de la carpa del circo. Un Macke, según la escritora, que "nos invita a mirar la vida más despacio mientras nos dice que nos queda mucho por delante para terminar de conocernos".
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