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NUEVA CITA PARA LA PAZ

Blair fuerza una cumbre sobre Oriente Próximo

El presidente palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acudirán a Londres el 4 de mayo para discutir con la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, fórmulas para desbloquear el proceso de paz de Oriente Próximo. Pero ninguna de las delegaciones se ha comprometido hasta ahora a un cara a cara entre Arafat y Netanyahu. El primer ministro británico, Tony Blair, transmitió en persona la invitación.

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Al igual que había hecho el día antes el primer ministro israelí, Arafat se mostró ayer "dispuesto a acudir a cualquier lugar" para restablecer las negociaciones del proceso de paz. Pero tras la reunión celebrada ayer en Gaza entre el presidente de la Autoridad Palestina (AP) y el primer ministro británico la posibilidad de una cumbre se condiciona, por parte palestina, a la publicación y discusión de la iniciativa estadounidense para la segunda fase del repliegue israelí de Cisjordania. El jefe de la delegación palestina, Saeb Erekat, excluyó la idea de un encuentro entre Arafat y Netanyahu, o incluso un encuentro a tres con la presencia de Albright. "Una cumbre no serviría para nada. Hay propuestas estadounidenses sobre la mesa y si Netanyahu quiere que el proceso de paz avance lo único que tiene que hacer es aceptarlas", aseguró Erekat.

El propio Arafat no se mostró entusiasmado por la posibilidad de celebrar una cumbre a dos y aseguró, en el transcurso de una conferencia de prensa con Blair, que era partidario de una reunión con participación europea y estadounidense. "Netanyahu trata de ganar tiempo y de momento no ha cumplido las promesas hechas a los palestinos", aseguró Arafat, con el convencimiento de que la presencia europea en las conversaciones puede favorecerle.

Papel europeo

Tony Blair, sin embargo, prefiere que la Unión Europea (UE) limite su papel en las negociaciones a "asistir cuando sea necesario". En su comparecencia junto a Arafat repitió incesantemente que el principal marco de actuación para la UE es el proceso de desarrollo económico. "No queremos cruzarnos en el camino de Estados Unidos'', señaló Blair, al igual que había dicho tras su reunión con Netanyahu. Para el primer ministro británico "las propuestas norteamericanas están ahí y si no hay progresos [sobre ellas] la confianza desaparecerá". "Si no se avanza se retrocede", afirmó tajante Blair apoyándose en su experiencia del Ulster.

El Gobierno israelí también rebajó ayer las expectativas creadas por la invitación estadounidense para la reunión de Londres. En un comunicado emitido al término de su reunión semanal, el Gabinete israelí señaló que "no se plantea la cuestión de una conferencia internacional o una mediación europea". La información que Netanyahu transmitió a sus ministros fue únicamente acerca de la "posibilidad de reuniones entre representantes israelíes y palestinos para discutir las cuestiones del aeropuerto palestino en Gaza y el parque industrial de Karni". Ambos proyectos se incluyen en los acuerdos ya firmados por Israel y la AP, aunque, a pesar de que las obras están concluidas, el Gobierno israelí no ha dado permiso para su apertura. Las entrevistas de Arafat y Netanyahu con la secretaria de Estado norteamericana serán el 4 de mayo, según ha confirmado Blair, quien dijo que la invitación era de EE UU. Un alto funcionario israelí aseguró que "de momento no hay nada previsto para una cumbre [entre los dos dirigentes], pero todas las puertas están abiertas ya que ambos coincidirán en Londres".

Algo más que una foto

Los detalles finales de las reuniones de Londres serán precisados en el transcurso de una gira que realizará a finales de semana por la región el mediador estadounidense Dennis Ross. Pero la AP no está dispuesta a poner en bandeja a Netanyahu una reunión de la que sólo salga una foto. "La cuestión no es otra reunión en Londres o en cualquier otra parte. La cuestión son las propuestas estadounidenses", insistió Saeb Erekat. Al igual que en sus entrevistas con los representantes del Gobierno israelí, la estancia de Tony Blair en Gaza ha tenido una acogida muy favorable. Además del aura de los acuerdos de paz del Ulster, ha sido determinante su política de gestos con los anfitriones. El primer ministro británico, que decidió no pernoctar en Gaza para no provocar tensiones con Israel, mantuvo numerosos contactos con la población y visitó uno de los ocho campos de refugiados palestinos. También firmó un acuerdo de cooperación entre la UE y la AP para la lucha contra el terrorismo.

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