La cátedra es cosa de hombres
Un estudio del CIS delata la lenta promoción de las mujeres en la feminizada universidad española
Más de la mitad del millón y medio de alumnos que acuden hoy a las universidades públicas españolas, de los nuevos estudiantes en las mismas y de los nuevos licenciados son mujeres. Sin embargo, la presencia femenina entre los más altos escalones de la docencia, la cátedra, no alcanza el 10%, y entre los profesores numerarios (funcionarios) se queda en el 30%. Es el resultado de un reciente estudio publicado por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Sus autoras, las sociólogas Marisa García de Cortázar y María Antonia García de León, deducen: "Aunque la universidad aparece como el paradigma de la igualdad donde teóricamente no hay - prejuicios, algo no funciona,y se reproduce el esquema masculino que persiste en nuestra sociedad". La investigación, Mujeres en minoría, una investigación sociológica sobre las catedráticas de Universidad en España (CIS, 1997), revela que el ritmo de la incorporación de las mujeres a puestos universitarios de responsabilidad es mucho más lento que el de ingreso y éxito de éstas en los estudios. De los 6.340 catedráticos de facultad y escuela' universitaria existentes, 555 son mujeres. Y entre los 47 rectores, cargo elegido entre los catedráticos, hay una única mujer, Rosario Valpuesta, rectora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Los 70.000 profesores universitarios cuentan con 20.000 mujeres, 9.000 de ellas no funcionarias. "Existe una disparidad enorme entre la feminización de la Universidad y el estancamiento de mujeres docentes desde 1987", explica Marisa García de Cortázar, profesora titular de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Este fenómeno se reproduce entre los investigadores: el 88,8% de la categoría más alta está en manos de los hombres.
En contrapartida, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 1995, el 53,11 % de los alumnos que acuden hoy a las 47 universidades públicas españolas son mujeres. La misma fuente refleja que el 95% del profesorado de educación infantil, el 60% del de primaria y el 50% del de bachillerato también proceden del sector femenino.
Las autoras del estudio han detectado una cierta inhibición por parte de las mujeres para participar en los mecanismos que conducen a las cátedras. "Tienen la sensación de que no merece la pena competir en un juego duro con pocas posibilidades de éxito", señalan. Los cálculos, elaborados durante año y medio, van acompañados de una encuesta de opinión remitida por correo a las 555 catedráticas de las que han respondido 254.
De estos resultados, Marisa García de Cortázar deduce: "Al ser tan pocas y estar tan díspersas es muy difícil que actúen con los mismos mecanismos que los hombres cuya relación esde clubes. Sin negarles su valía profesional, muchas piensan que si ellas han llegado, todas pueden conseguirlo. No son muy solidarias con las que vienen detrás y muchas. no son partidarias de políticas, de medidas de acción positiva (44%)".
Las universidades de, reciente creación (Rovira y Virgili de Cataluña, Jaume I de Castellón, las de Almería, La Rioja y Huelva), así como las grandes (Madrid y Barcelona) tienen una mayor proporción de catedráticas en sus aulas. En las carreras de humanidades y ciencias sociales ha habido un mayor acceso de mujeres a las cátedras que en las de ciencias y las ingenierías. El informe a punta un indicador de esperanza: en el último curso analizado (1993/94), la proporción de catedráticas es superior (23,4% del total) que en años anteriores, donde la media ronda el 12%.
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