Un foco de tensión
Tiros, gritos, protestas, quejas, enfrentamientos. El poblado de La Rosilla, de casas prefabricadas, es un foco continuo de tensión desde su creación, en 1992. Allí fueron realojados 452 habitantes, casi todos gitanos, de los chamizos de Pies Negros (Puente de Vallecas), Altamira (Villaverde) y Los Focos (San Blas). Tras su construcción se convirtió en un importante punto de venta de droga. La afluencia de toxicómanos se multiplicó en La Rosilla tras el desmantelamiento del poblado de la avenida de Guadalajara (San Blas), otro importante centro de venta, en 1997.Los vecinos de Vallecas Villa se manifestaron el año pasado en contra del gueto y su ampliación. Se quejaban de la inseguridad generada por la venta de droga. La crispación creció en junio de 1997, cuando el Ayuntamiento de Madrid aprobó la ampliación del asentamiento: a las 88 familias , que vivían en él se sumaron otras 49.
El delegado del Gobierno prometió incrementar las intervenciones policiales contra la venta de droga en el poblado, pero rechazó la petición de desmantelar este núcleo, en el que están realojadas 137 familias, chabolista gitanas.
Las acciones de protesta llevaron en noviembre del año pasado a enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Los vecinos calificaron de brutal la carga de la policía.
En diciembre de 1997, dos agentes de paisano arrestaron a dos supuestos narcotraficantes en el interior de una casa de La Rosilla. Los detenidos empezaron a gritar y el vecindario arrojó piedras contra los policías e incluso les dispararon siete balas de posta. Acorralados pidieron refuerzos. Un zeta llegó hasta la puerta de la vivienda para rescatarlos. Los agentes hicieron dos disparos al aire y escaparon.
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