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La policía brasileña tiene pruebas de delito en el incendio de Amazonia

Implicación de hacendados morosos

La policía federal brasileña tiene pruebas que indican que el incendio que afectó al Estado amazónico de Roraima durante más de dos meses -extinguido finalmente por las lluvias hace una semana- fue causado por manos criminales.Según esas pruebas, el incendio se produjo por las quemas que hacen campesinos y colonos para preparar la tierra para el cultivo y, añade la policía, fue propagado por hacendados que querían alegar catástrofe económica y beneficiarse así de una moratoria en sus deudas con bancos oficiales.

La moratoria en el pago de las deudas de los damnificados por el incendio y la prolongada sequía se planteó en febrero pasado a las autoridades y el Gobierno federal podría confirmarla la próxima semana.

El superintendente de la polícía federal en Roraima, Francisco Cavalcante, declaró ayer en el diario O Globo que en las zonas donde el incendio alcanzó mayor magnitud se han encontrado antorchas dispuestas estratégicamente para provocar fuego en enormes extensiones.

Cavalcante afirmó no obstante que todavía no se pueden dar nombres de posibles implicados.

En cualquier caso, la policía federal ha pedido al Banco de Brasil y al Banco de la Amazonia la lista de los pequeños campesinos y de los hacendados que han pedido préstamos en los últimos años, así como información sobre la situación financiera de cada uno de ellos.

Agricultores del área de Apiaú, una de las más afectadas por el incendio, confirmaron la existencia de focos intencionados, según el diario. "Por un lado había gente que luchaba por apagar el fuego, mientras por otro algunos incendiaban las propiedades", señala un campesino.

Informes falsos

Investigadores de la Universidad de Sâo Paulo que visitaron Roraima recientemente han indicado que los hacendados están elaborando informes falsos sobre pérdidas de cosechas, cuando en realidad ni siquiera habían plantado.El incendio consumió unos 37.000 kilómetros cuadrados de vegetación de sabana y selva tropical. [Según un observador de la organización ecologista Greenpeace desplazado a Roraima, nunca se había visto semejante pérdida de bosque húmedo.]

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