Seis millones de italianos pagarán por primera vez la sanidad pública

Los ciudadanos italianos se dividían hasta ahora en dos categorías: los que pagaban una parte de los servicios sanitarios que utilizaban -el 65% de la población- y los que estaban exentos. A partir del primero de enero de 1999, fecha elegida por el Gobierno italiano de centro-izquierda para poner en marcha el "sanitómetro", las cosas cambiarán. El nuevo esquema, aprobado este fin de semana, no pretende cobrarle más al ciudadano por las prestaciones que recibe, sino redistribuir mejor su contribución a los gastos sanitarios.El número de exentos disminuirá, y seis millones más de italianos -jubilados ricos y sanos- pagarán parcialmente la asistencia médica. Por lo que respecta al gran grupo de los que ya pagaban -al que se añade este contingente de seis millones-, se dividirán en dos niveles, según las rentas anuales y el número de miembros de la familia: los que tengan ingresos de hasta 4,8 millones de pesetas, pagarán hasta el 75% del coste asistencial y a partir de ese nivel pagarán el máximo previsto, aunque no alcance el coste real de la prestación. Por ejemplo, un control cardiológico tras infarto cuyo coste se calcula en unas 157.000 liras le costaría 60.000 a los italianos del nivel intermedio de ingresos, y 100.000 a los de nivel alto.

Según la ministra de Sanidad, Rosy Bindi, no se trata de recaudar más sino de distribuir mejor las cargas.