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Los astrónomos observan la veloz evolución de una nebulosa recién nacida

El español Pedro García Lario la detectó por primera vez en 1990

Hace poco más de dos décadas era una estrella, un pequeño punto en el espacio, y ahora ha creado una nebulosa a su alrededor. Por primera vez, los astrónomos pueden observar desde el principio cómo una estrella que muere forma una de esas nubes de gas y polvo y lo que encuentran no concuerda exactamente con lo esperado. La nebulosa cuya aparición en el cielo fue detectada en 1990 por el astrónomo español Pedro García Lario, captada ahora por el Hubble, ocupa esta semana la portada de la revista Nature, que dedica a España un suplemento especial.

Los astrónomos presentan hoy en la revista la rápida evolución y las características de la nebulosa de He3-1357, bautizada Stingray. El equipo, formado por Mathhew Bobrowsky y Kallah C. Sahu, de EE UU, Mudumba Parthasarathy, de la India, y García Lario está registrando el "rnomento" justo de la muerte de una estrella, o, si se prefiere, el del nacimiento de una nebulosa planetaria. De hecho, los científicos lo presentan de esta segunda manera porque muertes de estrellas se han visto muchas -las supernovas- La estrella en cuestión, en el hemisferio sur, es en este momento una de las llamadas nebulosas planetarias más brillantes registradas, aunque aun así hace falta un telescopio pequeño para verla. Pero hace poco más de dos décadas era todavía una estrella y los astrónomos están sorprendidos porque la metamorfosis está resultando ser mucho más rápida de lo previsto por la teoría.García Lario la observó por primera vez en 1990 desde el Observatorio de La Silla, en Chile, cuando tomaba datos para su tesis doctoral. Estudiaba cómo algunas estrellas se convierten al final de su vida en nebulosas planetarias porque es un proceso poco conocido: mientras ocurre, la estrella emite mucho gas y polvo que actúan como una barrera opaca para los telescopios ópticos. Sólo las estrellas pequeñas y medianas -hasta ocho veces mayores que el Sol- acaban su vida así, de forma mucho más callada que las más grandes, que estallan como supernovas.

"Sorpresa tremenda"

"Me llevé una sorpresa tremenda cuando vi que He3-1357 presentaba todas las características de una nebulosa planetaria, y no de una estrella. Revisé los registros anteriores y, efectivamente, en espectros tomados en los años setenta aparece sin duda como una estrella. Así que es la primera vez que se observa el nacimiento de una nebulosa planetaria y que se registra una evolución tan rápida, en apenas dos décadas, en estas estrellas. La teoría no predice algo así", explica García Lario, actualmente miembro del equipo científico del observatorio espacial infrarrojo ISO, de la Agencia Europea del Espacio.¿Qué le había pasado a He3-1357? El astrónomo español contactó entonces con Parthasarathy, que tenía otro tipo de observaciones de la misma estrella, aún sin procesar: "Efectivamente, indicaban que la estrella había sufrido un violento episodio esporádico de pérdida de masa. Fue como si la estrella se deshiciera de su cubierta y el gas circundante quedara expuesto a la radiación del núcleo, con lo que se excita, se ilumina y forma así la nebulosa", explica García Lario. El equipo también recurrió a observaciones con el telescopio espacial Hubble para corroborar el descubrimiento. Ahora, la pregunta es si He3-1357 es un caso esporádico o si la mayoría de las nebulosas planetarias nacen así de rápido, pues hasta ahora se observaban siempre ya formadas. ¿Ha sido sólo suerte tropezarse con ésta? "Bueno, la teoría dice que estadísticamente debe formarse una en la galaxia cada centenar de años, así que si se observan varios centenares de estrellas tienes cierta probabilidad de encontrar alguna en el momento justo de. su nacimiento. Lo que no esperábamos es ver una evolución tan rápida. En astrofísica, observar cómo varía un objeto a escala de tiempo humana es muy raro", responde García Lario.

El valor del descubrimiento es mayor, además, porque con las imágenes del Hubble se ha descubierto que He3-1357 tiene estructura bipolar -una apariencia simétrica doble- y es en realidad un sistema de dos estrellas. Así que su estudio aporta pistas sobre cómo se forman las nebulosas planetarias bipolares, de las que se pensaba, sin que existiera constatación clara, que podían originarse a partir de un sistema binario.

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