La izquierda moviliza a decenas de miles de franceses contra la ultraderecha y el racismo
Unos cien mil franceses se echaron ayer a la calle para levantar un muro contra la progresiva penetración del Frente Nacional (FN) en la vida política, para deshacer los pactos regionales anudados por una parte de la derecha local con el partido de Jean-Marie Le Pen para taponar las brechas abiertas en el edificio republicano. "La República contra el fascismo, contra el racismo", "El FN no pasará" rezaban algunas de las pancartas desplegadas ayer en 25 capitales francesas. La derecha moderada de la Unión por la República (RPR) y la Unión para la Democracia Francesa (UDF) no acudió a la cita.
Los organizadores, el Comite Nacional Contra la Extrema Derecha, que agrupa a la práctica totalidad de la izquierda política, sindical y asociativa, había impartido la consigna de que las pancartas y los eslóganes fueran respetuosos con las ideas conservadoras demócratas. Tampoco los ministros de la izquierda plural estuvieron presentes. Por la mañana, invocando al estilo republicano, el primer ministro, Lionel Jospin, había indicado que era preferible dejar el protagonismo a los ciudadanos.En París, una marea humana formada por unas 50.000 personas, jóvenes en su gran mayoría, participaron en la marcha que se inició a las 15,horas en la plaza de la República y culminó 3 horas y 45 minutos más tarde en la de Nation. Una gran pancarta, "Juntos, por la libertad, la igualdad, la fraternidad, abría el camino, sostenida por los dirigentes políticos. Las asociaciones contra el FN, contra el racismo, por el apoyo a los inmigrantes, por la legalización de los indocumentados (sans papiers), animaron la manifestación.
Las pancartas contra Le Pen, blanco de todas la iras, de todos los gritos -"Le Pen no toques mi república"- y contra su partido, "FN, Frente del Odio"-asomaron en medio del bullicio general. El peligro de que el racismo empiece a ser trivializado en la sociedad francesa, merced a la progresiva penetración del FN y el temor a que el discurso de la ultraderecha acabe arruinando los valores republicanos estuvieron presentes en las declaraciones de ayer tarde. Bruno Mégret, número dos del FN, artífice intelectual de la maniobra de los pactos con la derecha moderada en los consejos regionales, denunció, a su vez, "el carácter insurreccional de las manifestaciones contra los acuerdos FN-RPR-UDF" y dijo que "son un peligro para la democracia".
En algunas de las concentraciones que, según las estimaciones policiales, reunieron a 10.000 personas en Montpelier, 8.000 en Grenoble, 6.000 en Lyon, 5.000 en Toulouse, cifras que los organizadores multiplicaron generalmente por dos, algunas pancartas mostraban los nombres de las regiones escenario de la alianza con la extrema derecha. En las capitales de esas regiones, Rhone-Alpes, Languedoc-Rosellón, Picardía, Centro y Borgoña, los manifestantes reclamaron las dimisiones de todos sus cargos de Charles Millon, Jacques Blanc, Charles Baur, Bernard Harang y Jean-Pierre Soisson, elegidos presidentes con los votos del FN. Excluidos de su partido, la UDF, descalificados por Jacques Chirac, el presidente de la República, Harang y Soisson han cedido ya al clamor que reclamaba sus dimisiones. Pese al empecinamiento que muestran los tres presidentes que siguen sin dimitir no es seguro que puedan resistir la presión durante las próximas semanas.
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