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CRISIS EN EL KREMLIN

Kiriyenko, un joven tecnócrata aún sin enemigos

Serguéi Kiriyenko es un gran desconocido para la mayoría de la población rusa. El ascenso de este tecnócrata de 36 años ha sido vertiginoso: llegado a Moscú de la mano del reformista Borís Nemtsov, en menos de un año se ha convertido de viceministro en presidente interino del Gobierno. Si la decisión del líder ruso de destituir al Gobierno cogió a todos por sorpresa, no menos imprevisto fue el nombramiento de Kiriyenko como primer ministro en funciones. Más aún después de que el mismo Borís Yelstin asumiera la jefatura provisional del Gobierno.Kiriyenko resulta, sin embargo, el candidato ideal si Yeltsin desea una continuidad de la anterior política económica reformista y, al mismo tiempo, no quiere desencadenar una crisis política que supondría la disolución de la Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento ruso. En efecto, los diputados deben ratificar el nombramiento del primer ministro y, si lo rechazan, Yeltsin se vería obligado a convocar elecciones legislativas anticipadas, algo que aparentemente desea evitar. De ahí la necesidad de nombrar a un jefe del Ejecutivo que no suscite la animosidad de la mayoría izquíerdista y nacionalista de la Duma. El primer ministro saliente, Víktor Chernomirdin, da por hecho que Kiriyenko será presentado a la aprobación de la Duma y ya ha pedido a los diputados que apoyen su candidatura.

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Meteórica carrera

Kiriyenko nació en Sujumi, en la Transcaucasia, pero se educó en Nizhni Nóvgorod. Después de diplomarse del Instituto de Ingeniería de Transporte Acuático, fue dirigente de las juventudes comunistas en un astillero local. Tras la desintegración de la URSS, pasó a dirigir un banco de Nizhni Nóvgorod, para lo cual contó con el apoyo del entonces gobemador de la provincia, Borís Nemtsov. Siempre bajo la protección de su mentor, Kiriyenko fue nombrado en 1986 presidente de la compañía petrolera Norsi-oil. Cuando en abril del año pasado Nemtsov fue nombrado primer vicejefe de Gobierno y titular de la cartera de Energía, se trajo a Kiriyenko a Moscú como primer viceministro. En noviembre pasado le llegó el turno de hacerse cargo de ese departamento.Es muy probable que muchos de los actuales ministros permanezcan en el Gobierno que formará Kiriyenko. Pero habrá dos grandes ausentes. El primero es Anatoli Chubáis, visto por muchos como el garante de que la política monetarista de reformas y que probablemente será elegido presidente la compañía estatal de electricidad rusa a principios de abril. El segundo es el halcón Anatoli Kulikov, que se distinguió por ser uno de los más ardientes partidarios de continuar la guerra en Chechenia.

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