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CRISIS EN EL KREMLIN

Yeltsin destituye por sorpresa al Gobierno

Recuperado de la infección respiratoria que le mantenía alejado del poder en su residencia del campo, Borís Yeltsin regresó ayer al Kremlin para asombrar a Rusia y al mundo. El presidente ruso destituyó al Gobierno y, aunque pidió a los ministros que continuaran desempeñando de momento sus funciones, excluyó definitivamente del Gabinete a tres personajes clave: el primer ministro, Víktor Chernomirdin; el primer vicejefe de Gobierno, Anatoli Chubáis, y el viceprimer ninistro y titular de Interior, Anatoli Kulikov. La Bolsa de Moscú se desplomó inmediatamente.

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El mercado de valores tardó poco en recuperarse, cuando la intervención televisiva de Yeltsin fue interpretada como un nombramiento de Chernomirdin en calidad de candidato oficial del Kremlin para las elecciones presidenciales del 2000."De acuerdo con los artículos 83 y 117 de la Constitución de la Federación Rusa: 1. Anuncio la destitución del Gobierno. 2. Pido a los miembros del Gabinete cumplir sus obligaciones hasta la formación de un nuevo Gobierno. 3. Asumo el cumplimiento temporal de las funciones de primer ministro. Firmado: Borís Yeltsin, presidente de Rusia". El escueto texto del decreto presidencial promulgado en la mañana de ayer tuvo el efecto de una bomba: el pánico cundió en la Bolsa, que cayó un 10%, mientras el desconcierto se apoderaba de políticos y comentaristas.

Poco a poco, las cosas se fueron aclarando: Yeltsin apareció por la televisión y explicó que Chernomirdin se "concentrará en la preparación política" de las "sumamente importantes elecciones presidenciales del año 2000. Las palabras del presidente fueron recibidas con alivio en la Bolsa.

Yeltsin estuvo al frente del Gobierno menos de dos horas. A mediodía nombró a Serguéi Kiriyenko, que hasta ese momento era ministro de Energía, primer vicejefe de Gobierno y primer ministro en funciones. Además, encargó a este joven tecnócrata formar el nuevo Gabinete. El presidente subrayó en su intervención televisiva que la destitución de Chernomirdin de ninguna manera significa un cambio de la actual política. Al contrario, de lo que se trata, según Yeltsin, es de "dar más energía y eficacia a las reformas económicas, de darles un empujón suplementario, un nuevo impulso".

Indudablemente, había razones para nombrar un nuevo Gobierno, ya que el que encabezaba Cliernomirdin, "aunque en general cumplió con las tareas que se le asignaron, desgraciadamente no logró solucionar una serie de problemas clave", en particular, los que se refieren a "la esfera social", señaló Yeltsin.

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El líder ruso dijo que al Gobierno "le faltaba en los últimos tiempos dinamismo, iniciativa, nuevas ideas, enfoques novedosos", sin los cuales es imposible lograr un salto cualitativo en la economía. "Resumiendo, el país necesita un nuevo equipo, capaz de obtener resultados reales, palpables", manifestó Yeltsin, quien insistió en que el nuevo Ejecutivo deberá "concentrarse más en las soluciones de los problemas económicos y sociales y ocuparse menos de política".

La oposición de izquierda saludó ayer por boca del Partido Comunista la destitución del Gobierno, y en una reunión urgente de su dirección decidió continuar los preparativos para las acciones de protesta previstas en Rusia para el próximo 9 de abril, durante las que exigirán "un cambio inmediato del actual curso y la formación de un Gobierno de confianza popular", es decir, de coalición.

"Total continuidad"

Pero, a juzgar por las declaraciones de Yeltsin y del flamante primer ministro en funciones, los comunistas se verán desilusionados. Kiriyenko, en su primera conferencía de prensa como jefe interino del Gobierno, destacó que garantizará "la total continuidad de la anterior política. Cuatro son, según él, las principales tareas del Gobierno en el futuro próximo: resolver el problema de los impagos de sueldos y pensiones; reaccionar adecuadamente a la caída de los precios del petróleo y gas en el mercado mundial; tomar las medidas necesarias ante los peligros que entraña el deshielo primaveral, que este año puede ser inusitadamente fuerte, y adoptar un programa integral de desarrollo de la industria del carbón.En cuanto a la política exterior de Rusia, que últimamente ha vuelto a enfrentarse a EE UU en una serie de asuntos, permanecerá invariable y lo más probable es que Yevgueni Primakov, el actual jefe de la diplomacia rusa, continúe en su puesto. Serguéi Yastrzhembski, el secretario de prensa de Yeltsin, señaló ayer que "la política exterior de Rusia se basa en intereses nacionales de largo alcance, y los cambios en el Gobierno no pueden influir en el curso de ésta". Primakov, durante una conferencia de prensa que dio conjuntamente con su homólogo cubano, Roberto Robaina, comentó irónicamente: "Me acaban de decir que se está formando un nuevo Gobierno. Pero me parece que el ministro de Exteriores no será reemplazado".

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