BerteIsmann compra Random House, primer grupo editorial norteamericano

El consorcio de medios de comunicación alemán Bertelsmann, el primero de Europa y tercero del mundo, anunció ayer la compra de Random House, el primer grupo editorial norteamericano, lo que supone la mayor inversión y adquisición en la hisstoria de la compañía de origen familiar fundada en 1835 en la localidad germana de Gütersloh. La operación fue anunciada ayer por el presidente de BerteIsmann, Mark Wóssner, en Múnich, una de las sedes de las diversificadas actividades de la empresa. El precio de compra de Random House, que tiene un volumen de negocios de cerca de 150.000 millones de pesetas, no fue divulgado. La adquisición está pendiente de que la aprueben las autoridades antimonopolio norteamericanas. Bertelsmann espera que éstas darán el visto bueno para mediados de año.

En su último ejercicio, 1996/97, el Grupo Bertelsmann logró los mejores resultados de su historia y tuvo un volumen de negocios de más de 22.000 millones de marcos (cerca de dos billones de pesetas). La compañía, que tiene filiales en más de 50 países y cerca de 60.000 empleados divididos en seis campos de actividad diferentes, estaba ya presente en el mercado norteamericano, donde es propietaria del Grupo Bantam Doubleday Dell (que factura más de 90.000 millones de pesetas al año).Este grupo y Random House se unen ahora bajo el nombre del segundo, y bajo su égida se realizarán todas las actividades editoriales que ambas empresas tenían en Estados Unidos así como en sus filiales en Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda y Suráfrica.

Meta estratégica

Wóssner explicó ayer que la expansión del negocio editorial de libros en el mercado norteamericano había sido una meta estratégica de Bertelsmann desde hace más de dos décadas. El alto ejecutivo subrayó que la compra anunciada ayer pone de manifiesto la fe de la compañía en el "prometedor futuro del libro". "Es estupendo que la compañía Random House, respetada en todo el mundo por su competencia editorial, sea ahora una importante parte de BerteIsmann", señaló Wóssner.En el ejercicio 1996 / 97, la publicación de libros supuso, con 7.100 millones de marcos de facturación (cerca de 600.000 millones de pesetas), una importante proporción del volumen de negocios total de BerteIsmann. Con la compra de Random House, el negocio editorial de libros puede llegar a incrementarse hasta 9.000 millones de marcos (más de 760.000 millones de pesetas), y volver a situarse en cabeza de as actividades de BerteIsmann por su rentabilidad.

El grupo Bantam Doubleay Dell fue fundado en 1987, después de que Bertelsmann comprara en 1986 la editorial Doubleday y la uniera con su empresa Bantam. Hoy, la Bantam Doubleday Dell publica liros de literatura y especializados, de tapa dura y de bolsillo, así como libros-audio.

El grupo consta de seis empresas editoras independientes entre sí. Random House fue fundada en 1925 y consta de 10 editoriales que publican numerosos best sellers. El Grupo BerteIsmann pertenece en un 8,8% a la fundación del mismo nombre, después de que la familia Mohn hiciera entrega a ésta de la mayor parte de su propiedad. La familia posee hoy un 20,5% de las acciones. La compra de Random House supone un paso cualitativo en la evolución de Bertelsmann, que se afianzó con los clubes del libro y que es ahora una empresa multifacética con intereses variados en el sector editorial y de los medios de comunicación.

El volumen de los negocios norteamericanos fue de un 26% del conjunto de las actividades de Bertelsmann en el último ejercicio, mientras el volumen del negocio alemán supone un 33% del conjunto. Con la compra de Random House, Bertelsmann espera poder poner el volumen de sus negocios norteamericanos al nivel de los alemanes. La empresa tiene también importantes intereses en el campo de la televisión y proyectos de cooperación con el magnate Leo Kirch en el campo de la televisión digital de pago.

El futuro de estos proyectos, sin embargo, aparece problemático, ya que la Comisión Europea no ha dado aún el visto bueno y todo indica que las autoridades antimonopolio de Bruselas no están muy bien dispuestas ante unos planes que concentrarían la inmensa mayoría de la oferta televisiva susceptible de ser ofertada, desde partidos de fútbol a películas de Hollywood.