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PESCA

Las 200.000 truchas repobladas este año sólo nadan en cotos de pago

Sólo los pescadores de pago han disfrutado de las truchas que ha lanzado la Consejería de Medio Ambiente a las corrientes de la región. La Comunidad reconoce que los 200.000 ejemplares de salmónidos con las que ha repoblado las aguas se han sembrado en los tramos que están acotados y no en los libres, donde acude mayor parte de los pescadores. El Gobierno regional argumenta razones de rentabilidad para justificar la política de repoblaciones. "Hay que amortizar la inversión'' aducen.

En la temporada pasada, la Comunidad sí repobló las aguas libres del río Lozoya con truchas comunes. Los pescadores, a falta de ejemplares autóctonos, se mostraron entonces encantados. Sin embargo, los cientos de pescadores que acudieron a las riberas de los ríos el primer día de temporada (el pasado domingo) para clavar pintonas, se volvieron con la cesta vacía a casa. Su desilusión era patente. Se preguntaban a pie de río dónde estaban las truchas que la Comunidad anunció.En la región hay ocho cotos en ríos (siete en el Lozoya y uno en el Madarquillos) y siete en embalses. Para poder lanzar la caña en uno de estos tramos hay que sacar un permiso especial, válido para una sola jornada y por el que hay que pagar unas 2.000 pesetas. En los tramos libres sólo es necesario llevar la licencia de pesca, que tiene un año de validez y cuesta unas 1.000 pesetas.

El director general del Medio Natural, José Javier Fernández Santamaría, explicó el criterio que ha seguido el Gobierno Regional esta temporada a la hora de repoblar las aguas: "Hay que tener en cuenta el efecto tasa por servicio. Cuando se hace un desembolso hay que dar cierta prioridad a su amortización", explicó.

Medio Ambiente invirtió 28,5 millones de pesetas en 1997 en repoblaciones de truchas. Con ese dinero se echaron a los ríos unas 165.000 ejemplares de trucha, 144.000 de la subespecie arco iris (Salmo trutta iris) y 20.800 de la común (Salmo trutta fario).

Hambrientas

Este año prevé aumentar la inversión en 34 millones. La consejería lanzó el pasado día 4.750 kilos de trucha arco iris (salen a unos cuatro ejemplares por kilo) en el embalse de Navacerrada y otro tanto en el de La Jarosa (embalse del municipio de Guadarrama). Ambos son cotos de pesca. El pasado día 10 repobló con 300 kilos de truchas comunes (unos tres ejemplares por kilo), según Fernández Santamaría. Este directivo de Medio Ambiente aseguró el viernes que la consejería tiene aún previstas otras repoblaciones esta temporada."La trucha de piscifactoría está acostumbrada a vivir del hombre. Por eso necesita un tiempo para aclimatarse cuando la echan al río. Durante ese tiempo aprende a alimentarse por sí sola. Tiene que olvidarse de la vida fácil que llevan en la piscifactoría'' , explica Víctor de Dios, pescador madrileño de 29 años. "Si las echan al río en plena temporada, la trucha no tiene tiempo de aprender a comer, está hambrienta y entra con mucha más facilidad a los cebos", añade. "La consecuencia inmediata es que los pescadores agotan los ríos los primeros días de pesca", concluye.

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