García Márquez lee en México el primer capítulo de sus memorias

El escritor colombiano Gabriel García Márquez calcula, a ojo de buen cubero, que sus memorias ocuparán seis tomos de cuatrocientas páginas cada uno. "Estoy ya en la recta final del primero. Es un reto a la vida también para ver hasta que tomo puedo llegar", dijo en la clausura del XIV Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, que durante cuatro días abordó La nueva geografía de la novela. Organizado por el autor mexicano Carlos Fuentes, asistieron al encuentro la brasileña Nélida Piñón, el español Juan Goytisolo, el surafricano, J. M. Coetze, el portugués José Saramago, la norteamericana Susan Sontag y el nicaragüense Sergio Ramirez.Gente joven y ávida abarrotó el Colegio Nacional. Fuentes presentó a García Márquez como un maestro de los espacios y de los tiempos ''que va a leernos el primer capítulo de sus memorias, va a leernos por eso mismo el siguiente capítulo de su inagotable libro de deseos". Antes de hacerlo el premio Nobel dijo que su texto es "la primera palabra de lo que podrían llamarse mis memorias, si no fuera porque todas mis novelas son ya mis memorias".

Según García Márquez el principal problema de los escritores es que casi siempre empiezan sus memorias cuando ya no se acuerdan de nada. El autor de Cien años de Soledad trata de no emplear para nada la imaginación en sus memorias: "Una imaginación como la mía, en la que no creo porque en realidad cuando escribo no hago sino recordar. Lo que pasa es que recuerdo con un criterio tan selectivo de nuestra realidad, por lo pronto del Caribe, que las cosas parecen increíbles". García Márquez manifestó haberse dado cuenta de que todo su vida está cifrada en sus obras, y que, por tanto, lo que estaba haciendo en sus novelas no era descrifrar su vida sino sus novelas, "que es el camino real para descrifrar de verdad mi vida". El título general de las memorias, agregó, es la mayor verdad de su vida. Se llama Vivir para contarlo. "Tengo la impresión de que nací y vivo sólo para tener algo que contar".

Texto íntegro en Domingo