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Entrevista:

"Madrid sería más bonito si se diera cancha a creadores"

José Luis Fernández (Oviedo, 1943) es conocido en el mundo del arte por ser el escultor de la figura de los Premios Goya de cine desde hace una década. Este artista, para crear el busto de Goya, se basa en el busto que existe del pintor aragonés y que es obra del valenciano Mariano Benlliure. Año tras año, a principios de noviembre se encierra en su estudio con la sola idea de dar vida a alrededor de veinticinco bustos de Goya, que acabarán en las estanterías de las casas de los premiados. Pero de lo que en verdad está orgulloso José Luis Fernández es de su taller de escultura, donde se trabaja como en el Renacimiento: él es el maestro, y alrededor suyo hay 12 empleados ayudándole en todo el proceso de elaboración de las piezas. El escultor de los Goya montó junto a su hermano Eduardo su estudio en el barrio de Vallecas hace más de treinta años, tras haberse iniciado profesionalmente de la mano de Juan de Ávalos, Pérez Comendador y José Lapayese. Ahora, cuando el tiempo se lo permite, expone sus esculturas en salas de arte nacionales y extranjeras. El próximo proyecto que ocupa su cabeza es montar, a finales de año, una exposición antológica en la sala Campoamor de Oviedo.Pregunta. ¿Cómo quería que fuera la estatuilla de los Goya la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas?

Respuesta. La Academia se puso en contacto conmigo hace diez años (dos años después de que comenzaran estos premios), y me pidieron que hiciese un Goya menos pesado y más esbelto que el anterior. Querían un Goya más manejable, porque algunos premiados se caían cuando lo recogían. Eso es lo que le ocurrió en una edición a la actriz Rafaela Aparicio, y fue muy comentado.

P. ¿Cuánto pesaba y cuánto pesa ese busto de bronce?

R. Antes pesaba más de dos kilos, y yo conseguí rebajarlo mucho, y ahora (bueno, desde 1988) tan sólo a dos kilos y medio.

P. ¿Cómo ve las esculturas que hay en las calles de Madrid?

R. Ahora, y aunque no esté bien que yo lo diga, se hacen auténticos bodrios.

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P. Pero habrá alguna que le guste, ¿no?

R. En mi opinión, lo mejor que se ha hecho en Madrid es el Museo al Aire Libre del paseo de la Castellana.

P. ¿Qué solución propone para mejorar la escultura en esta ciudad?

R. La verdad es que en el arte hay mucho intrusismo, y la gente que trabaja, que está en su taller día a día, es la que menos acceso tiene para exponer su obra. Este mundo funciona más por relaciones que por currículo. Creo que si en Madrid se gastase menos dinero en comprar piezas de escultores famosos para exponer en las calles y se diese cancha y oportunidades a la gente verdaderamente creativa, la ciudad sería mucho más bonita de lo que ya es.

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