Los rectores de universidades reclaman al Ministerio de Educación una deuda de 32.000 millones de pesetas

A 32.000 millones de pesetas asciende la deuda que, según los rectores, tiene contraída el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) con las universidades, desde que la Administración del Gobierno Popular decidió estipular la familia numerosa en tres hijos para la reducción en tasas de matrícula.Esta deuda (24.000 millones hasta 1998 y 8.000 millones para el curso 98-99) fue reclamada ayer por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), al término de un debate de dos días sobre la finaciación de las universidades, celebrado en Jaén.

Bajo el símbolo de la defensa del olivo y del aceite de oliva español, más de 30 vicerrectores y analistas de asuntos económicos de las universidades, convocados por la CRUE exigieron (ofreciendo datos objetivos que colocan a España en el penúltimo lugar de los países de la UE después de Grecia en tasa de financiación universitaria) una vez más, una subida progresiva del aporte económico a las universidades, de tal forma que se alcance -el 1,5% del PIB en inversión universitaria, frente al 1% actual.

Carles Solá, presidente de la CRUE y rector de la Univesidad Autónoma de Barcelona, declaró ayer en Jaén que este organismo de rectores presentará antes de diciembre un libro blanco sobre financiación universitaria. En él quedarán reflejadas, además de la necesidad de un incremento de la financiación, una política de ayudas al estudio -"sistema claramente deficiente en la actualidad", según dijo- y un incremento de estudios de tercer ciclo, incluyendo la formación continua.

La necesidad del incremento de recursos que plantean los rectores para garantizar la calidad es uno de los capítulos que defienden "frente a la pasividad del ministerio", a través de análisis detallados, que, como dijo Solá, "vienen a llenar las carencias en España de indicadores que permitan hacer viable una comparación entre universidades".

Según los rectores, la congelación presupuestaria que padecen las universidades españolas, agravada por la disminución de las tasas por familia numerosa, se está soportando a base de ahorro. Pero, cada vez más, distancia a nuestras universidades de la media de inversión de la UE.