El enviado especial de Clinton responsabiliza a Milosevic de la muerte de civiles en Kosovo

Estados Unidos acusó ayer a Slobodan Milosevic de la muerte de civiles inocentes, de ignorar el imperio de la ley y de utilizar una fuerza desproporcionada en Kosovo, la provincia serbia de mayoría albanesa escenario de violentos enfrentamientos que han provocado decenas de muertos, entre ellos mujeres y niños. El enviado de Clinton para los Balcanes, Robert Gelbard, recalcó en Pristina, donde se ha entrevistado con los dirigentes albaneses, que está corriendo el plazo de 10 días dado por el Grupo de Contacto al presidente yugoslavo para que cumpla sus exigencias.

ENVIADO ESPECIAL

Pristina, bajo veinte centímetros de nieve, es una ciudad en estado de sitio, muerta a media tarde, mitad por miedo, mitad por duelo. La capital de Kosovo, donde ayer se volvieron a manifestar varios miles de mujeres y cuya universidad y escuelas albanesas permanecen cerradas en señal de luto por sus muertos, estaba pendiente ayer de la localidad de Drenica, aislada todavía por las fuerzas serbias. Allí más de 50 cadáveres envueltos en sudarios esperan alineados, en un escenario macabro, la celebración de unas honras fúnebres previstas ayer y que han sido aplazadas por sus familiares.Los albaneses de Drenica y Prekaz, los dos pueblos más castigados por el asalto en toda regla de las fuerzas serbias contra baluartes del Ejército de Liberación de Kosovo, se niegan a dar tierra a los fallecidos, a pesar de un ultimátum de las fuerzas serbias que expiró a la una de la tarde. Los albaneses exigen que los restos de algunos de los suyos, ahora irreconocibles o abrasados, sean analizados por expertos internacionales que puedan acreditar las atrocidades de las que acusan a las fuerzas serbias.

Belgrado, que sigue manteniendo acordonada la zona y vetando el acceso a ella de las organizaciones de ayuda, ya ha anunciado que descarta la presencia de forenses extranjeros, auspiciados por la tarea, para realizar la tarea que reclaman los kosovares.

La Haya, interviene

El Grupo de Contacto (EE UU, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) ha pedido al fiscal del Tribunal de La Haya que investigue los hechos. Pristina, su abigarrado centro sobre todo, está patrullada por un enjambre de policías especiales en uniforme de combate y armados con rifles de asalto AK 47. Las tanquetas serbias controlan los accesos a la región de Kosovo y a su capital de 200.000 habitantes, azotada por un frio glacial y donde a partir de las siete es difícil encontrar un, alma o abierto un establecimiento que no sea serbio.En estas circunstancias comienza a abrirse paso la hipótesis de que los dos más importantes partidos albaneses acuerden el aplazamiento de las elecciones que deberían celebrarse el 22 de marzo para renovar la presidencia de la República y un inexistente Parlamento en el exilio.

El reloj de los 10 días está corriendo -"10 días para cumplir todo esto", decía Gelbard- y el nuevo pulso entre Slobodan Milosevic y las potencias occidentales adquiere carácter de ultimátum, de creer las palabras de Gelbard pronunciadas en Pristina.

Robert Gelbard, que se había entrevistado la víspera con el presidente yugoslavo, ensartó una durísima sarta de acusaciones contra Belgrado, "un Gobierno que no protege ni a sus propios ciudadanos ni a las organizaciones humanitarias".