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Moscú advierte que no participará en una fuerza de pacificación

El presidente ruso, Borís Yeltsin, dejó ayer claro que no piensa enviar tropas a Kosovo si se plantea la necesidad de crear una fuerza de pacificación en la atormentada provincia yugoslava.

"No podemos permitirnos atascarnos allí", aseguró gráficamente el líder del Kremlin, que considera que su país ya hace bastante manteniendo contingentes militares en Bosnia y, a la vez, en tres repúblicas de la antigua Unión Soviética: Tayikistán, Georgia y Moldavia.

Que se sepa, la posibilidad de destacar una fuerza internacional no ha sido planteada todavía en las reuniones del Grupo de Con tacto, que apuesta de momento por la amenaza de sanciones económicas a Belgrado si no se aviene al diálogo y retira sus tropas de Kosovo en el plazo de 10 días.

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Rusia, tradicional aliado de Yugoslavia, se desmarcó claramente de la decisión de los otros cinco países del Grupo de Contacto -Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Estados Unidos-, reunidos en Londres el pasado lunes. El Grupo amenazó con prohibir los créditos gubernamentales al Gobierno de Belgrado y de bloquear los fondos yugoslavos depositados en el extranjero.

Diálogo urgente

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El ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov, que viajará la próxima semana a la zona del conflicto, hizo ayer un llamamiento a la apertura urgente del diálogo y recalcó que "la presión debe ser aplicada a ambas partes".En opinión del jefe de la diplomacia rusa, es injusto cargar todo el peso de la culpa sobre Belgrado, ya que, señaló, existe un apoyo exterior para los albaneses separatistas de Kosovo, apoyo que incluye el suministro de armas.

"Hay que mostrarse contenidos y equilibrados para impedir que la situación escape de todo control", dijo Primakov. La posición rusa pasa por dar la máxima prioridad al respeto de la integridad territorial de Yugoslavia.

Moscú quiere desempeñar un papel protagonista en la crisis porque, argumenta, tiene mucha experiencia en conflictos étnicos, aunque Chechenia sea la mejor ilustración de lo nefastos que pueden llegar a ser los procedimientos empleados para tratar de solucionarlos.

El Tribunal Penal Internacional para ex Yugoslavia está reuniendo información y datos sobre lo ocurrido en Kosovo. La fiscal jefe, Louise Arbour, aseguró ayer que es jurisdicción del tribunal juzgar a los implicados en la reciente represión de albaneses.

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