Las universidades designan catedráticos y titulares favoreciendo a los de casa
La Complutense y León abren un debate por temor a fomentar la endogamia
Los rectorados de una veintena de universidades clásicas vienen convocando en los tres últimos años, por acuerdo de las juntas de gobierno, plazas de catedrático y profesor titular sin vacantes previas. Esta oferta sirve de hecho para promocionar a sus docentes (con la exclusión en la práctica de los que proceden de otras universidades), frente a la fórmula diseñada por la Ley de Reforma Universitaria (LRU, 1983), que sólo prevé la convocatoria por necesidades docentes e investigadoras de los departamentos y en caso de vacantes. De las experiencias revisadas, casi el 100% de esas plazas recae en candidatos de la universidad convocante. "Se trata de una nueva forma de endogamia", protestan los disidentes.
Los programas de promoción interna consisten en ofrecer a concurso entre sus profesores, desde el rectorado, y basándose en la autonomía universitaria, un número determinado de plazas; y se establecen, con algunas variantes, unos baremos mínimos de selección, como años de docencia y de calidad investigadora.
El aspirante que se considera válido presenta su expediente, que pasa a ser evaluado, según las universidades, por los responsables del departamento en el que ejerce, por comisiones de evaluación distribuidas por áreas o por agentes externos a la universidad convocante, como la Agencia Nacional de Evaluación y Prospección (ANEP). De esta preselección salen las listas con los mejores y, por tanto, los que pueden presentarse a la plaza casi seguros de obtenerla.
Publicación en el BOE
Como la LRU obliga a que toda plaza de docente funcionario salga a concurso público nacional, las universidades respetan las reglas del juego: publican la convocatoria en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y cualquiera -aspirante elegido, rechazado o de fuera- puede presentarse.Pero en los cálculos realizados en algunas de las universidades que ya han vivido esta experiencia, y según información de sus vicerrectorados de profesorado, se observa que prácticamente sólo se presentan al concurso los preseleccionados, en cuyas manos acaban cayendo las plazas en casi todos los casos.
Existe un respeto implícito entre universidades para no presentarse a la convocatoria ajena cuando de programas de promoción interna se trata. A esta circunstancia se añade que tanto el presidente como el secretario (o un vocal) de los tribunales de concurso - oposición son nombrados por la universidad convocante, mientras que los tres vocales son designados por sorteo, según reza la LRU para los concursos a funcionario docente.
Si uno de estos tres vocales vota en la línea del presidente y el secretario, la plaza está asegurada para el candidato de la casa. Si el éxito va a parar a un aspirante de fuera, se rompe el espíritu de la convocatoria "de promoción del profesorado de esta universidad", como apunta el documento del programa de la Complutense.
Esta oferta de plazas está financiada por los rectorados, como añadido a los presupuestos de los departamentos. El antiguo puesto que ocupaba el aspirante queda amortizado en caso de éxito, lo que hace que el coste sea Inferior que si se acoge a uno de fuera.
En Málaga varios profesores han interpuesto una querella contra el rector por considerar que una de las candidatas ha sido favorecida en la fase de preselección. Mientras, en la Complutense y la Universidad de León, que están viviendo la experiencia por primera vez en plena campaña electoral a claustro, han proliferado los disidentes porque temen "una potenciación de la endogarnia". Y recuerdan las múltiples críticas que ha habido contra la endogamia desde que se aprobó la LRU relacionadas con las convocatorias rieles al espíritu de la ley.
Los defensores explican que es la única salida para promocionar a docentes con años de experiencia pero bloqueados en sus puestos. Unos y otros coinciden, sin embargo, en atacar a los diferentes Gobiernos, incapaces de "conseguir la aprobación de modificaciones de la LRU sobre la contratación y promoción de docentes", comenta el decano de Psicología de la Complutense, José María Redondo.
Recurso por Internet
"Por primera vez en la historia hay una convocatoria mínimamente objetiva", señala Francisco Parra Luna, titular de Sociología de la Complutense. Mientras, Jesús Fortea, profesor titular de Análisis Matemático de esta universidad, ha interpuesto un recurso ante el rectorado del que ha remitido copia a 1.400 profesores por Internet. "Se pretende engordar la plantilla de numerarios [funcionarios] frente a las necesidades reales de contratación", afirma. "Existe una falta escandalosa de ayudantes".La bomba ha estallado en la Complutense (50 plazas con un presupuesto de 60 millones), donde muchos de los docentes no aceptan ni la fórmula ni el contenido de los baremos de méritos. Por ejemplo, puntúa más el haber sido vicerrector durante un año que un mismo periodo de docencia a tiempo completo. 'Tos que critican esto son los que se han desentendido de la gestión", defiende Francisco José Portela, vicerrector. "Endogamia, injusticia, privilegios, favoritismos", son algunas acusaciones que recorren estos días el ambiente de la Complutense.
En León puntúa el haber sido director del colegio mayor. Allí, por ejemplo, si la plaza no se cubre por el candidato local, "los profesores que firmen el concurso no podrán volver a solicitar una promoción durante los tres años siguientes", lo que ha provocado indignación.
Un crítico de estos programas, Javier Fernández Vallina, titular de Estudios Hebreos y ex jefe de los gabinetes de los ministros de Educación Javier Solana y Alfredo Pérez Rubalcaba, considera legítimo que haya un sistema de promoción del profesorado, "pero no por esta vía, que es endogámica", afirma. "Sería más noble por parte de los rectores plantear una modificación de la ley para lograr un sistema que respete la igualdad de oportunidades y garantice la calidad".
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