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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La nueva Mesta

Estoy seguro de que, por su profesión, don Carlos Rodríguez Braun conocerá mucho mejor que yo la historia de la Mesta y sabrá que su auge se debió al favor real, gracias a que su gran capacidad de "liquidez instantánea" le permitía satisfacer prontamente los préstamos que demandase la corona. Y así, el mayor impulso lo recibió, al parecer, de Carlos V, cuando acudió a cubrir, entre otros muchos prestamistas, el inmenso soborno para que éste ganase la elección de Emperador ("la mercancía más cara que jamás haya salido a subasta en este mundo", como le decía por carta a Wolsey el embajador inglés en Venecia, Richard Pace). No dudo de que la lucha entre agricultores y ganaderos, por no remontarme ahora al Génesis, IV, 1- 16, en que fue resuelta por Caín a favor de los primeros de la forma por todos conocida, empezaría muy pronto en Castilla, por parte de los dispersos y desorganizados municipios y el cada vez más organizado y unitario Honrado Concejo de la Mesta, que sólo sería finalmente abolido por Real Orden del 5 de noviembre de 1836. Y, sin embargo, habría habido en verdad una manera muy sencilla para que la Mesta no hubiese tenido que perecer tan tristemente: renovándose bajo el nombre de "Nueva Mesta" y abandonando del todo sus actividades ganaderas para dedicarse por entero a las tareas de la agricultura. En efecto, algo análogo a esta "Nueva Mesta" agrícola es lo que don Carlos Rodríguez Braun parece proponer en su artículo El nuevo socialismo ("El País", 2-III-98) para que el Partido Socialista supere airosamente su insolvencia y su inadecuación al signo de los tiempos y no tenga que disolverse y extinguirse: hacer propias de todo corazón las doctrinas liberales, con todos sus criterios de gestión. ¿Se trataría, por consiguiente, de conservar el ilustre nombre o acreditada marca registrada de "Partido Socialista", como si fuese cuestión de perpetuar el honroso apellido de un linaje secular? Parece ser que sí; con lo cual se echa de ver que Rodríguez Braun se sabe muy bien la Lógica de John Stuart Mill (el más inteligente de los liberales y, por lo mismo, marginado como desviacionista por los más ortodoxos de la casa, como el actualmente máximo filósofo español del liberalismo, don Rafael Termes), en la que el nombre propio es definido como "carente de connotación"; de modo que si el nombre propio "Mesta" podría haber sobrevivido trocando su dedicación a la ganadería, que como tal nombre propio en modo alguno connotaba, por la dedicación a la agricultura, ¿por qué iba a hacer remilgos el nombre propio "Partido Socialista" que como tal nombre propio tampoco tiene connotación alguna, pasándose, igualmente, de las ideas del socialismo a las del capitalismo, siendo esta una fórmula que nadie le iba a reprochar para la perpetuación del prestigioso apellido y el ilustrísimo linaje?-

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