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Ingresar en el hospital, pero quedarse en casa

La hospitalización a domicilio facilita la recuperación de los enfermos

Jesús Orte, ex ferroviario soriano de 87 años, llegó al servicio de urgencias del madrileño hospital Gregorio Marañón el pasado 11 de febrero por la tarde. Los médicos que le examinaron, tras diagnosticar una reagudización de la insuficiencia respiratoria crónica que padece desde hace 40 años, decidieron ingresarle. Al día siguiente, ayudado por su mujer, recogió sus bártulos y se fue a su casa. La unidad de hospitalización a domicilio (HD) del Gregorio Marañón se hacía cargo de sus cuidados.Víctor González, jefe de la citada unidad -creada en el año 1981, pionera en España-, define su función: "Llevar el hospital al domicilio del paciente, utilizar todos los recursos humanos y materiales disponibles para prestarle los mismos servicios sin necesidad de que ocupe una cama en el centro". González insiste en diferenciar la HD de la atención domiciliaria, servicio éste de atención primaria de mayor duración y menor intensidad, más orientado a la prevención que a la curación.

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Ventajas para el enfermo y el sistema

Requisitos

El primer requisito para ingresar a un enfermo en el hospital a domicilio es que no sea previsible su entrada en la UVI en las horas siguientes. El hogar del paciente debe tener teléfono, reunir unas mínimas condiciones higiénicas y estar a menos de 30 minutos del hospital, por si hubiera una urgencia. Además es imprescindible que exista una persona, generalmente un familiar, que se encargue del cuidado del enfermo, sobre todo si éste es una persona mayor.La decisión de enviar a un paciente con criterio de ingreso a su casa la comparten el médico especialista y la unidad de HD, pero la última palabra es siempre del enfermo y su familia, una vez informados sobre el funcionamiento del servicio. El porcentaje de rechazo por parte de la familia es muy pequeño. Dos encuestas de satisfacción, una realizada entre los pacientes en casa del Gregorio Marañón y otra entre los de la red de salud del País Vasco, revelan que la mayor parte de enfermos se muestra muy conforme con la atención recibida y repetiría la experiencia si tuviera que reingresar. "El paciente se cura más rápido en su entorno natural, con menos complicaciones y menor coste social", asegura Bernardo Valdivieso, jefe de la unidad de HD del hospital La Fe de Valencia.

Lo más frecuente es que el enfermo, tras pasar unos días en el hospital, sea conducido a su casa para completar la recuperación (el periodo de ingreso es el mismo que si se quedase en el hospital). También puede ocurrir que ingrese a, domicilio directamente, tras pasar por urgencias, o incluso, aunque es menos frecuente, que el ingreso sea a petición del médico de primaria, después de una interconsulta con la unidad, en la que se valoran aspectos sociales, médicos y de enfermería.

Una vez en su domicilio, el paciente recibe a diario al equipo de enfermería encargado de su medicación y de tomar muestras para los análisis. La visita del médico se produce normalmente cada dos o tres días, aunque el contacto telefónico es continuo. "El paciente se lleva a casa toda la información posible: el teléfono de contacto del hospital, el móvil del médico de guardia, el de urgencias, el de la ambulancia de emergencia...", afirma María Dolores de Damborenea, jefa de HD del hospital vizcaíno de Cruces, la unidad más desarrollada de España.

Los enfermos que con más frecuencia. se benefician de este sistema son los crónicos reagudizados (insuficiencias cardíacas o respiratorias, cirrosis hepáticas, diabetes), los de infecciones agudas (neumonías, pielonefritis, abscesos), los que necesitan curas complicadas (medicación intravenosa, quimioterapia, transfusiones), los que presentan un posoperatorio delicado, los terminales con síntomas descompensados y, en general, todos aquellos que requieren a diario una atención especial, médica o de enfermería.

Esta alternativa hospitalaria topa con su desconocimiento. Los enfermos apenas lo solicitan y de entrada muestran desconfianza. Los propios médicos son, en ocasiones, reacios a perder el control sobre sus pacientes; el reto que se plantean los expertos es crear un método de actuación común para todos los hospitales y aprovechar las ventajas de la medicina a distancia.

Según los especialistas, la HD está poco extendida en España; su presencia es aislada (A Coruña, Barcelona, Burgos, Madrid, Santander, Sevilla, Valladolid) y más bien experimental. Las excepciones son las comunidades autónomas del País Vasco (100 plazas disponibles en Cruces y 100 más en otros seis hospitales) y Valencia (400 plazas en 14 hospitales).

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