España entrega prototipos de criogenia para el nuevo acelerador de partículas europeo

La construcción del nuevo acelerador de partículas europeo LHC está en ebullición en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra. Centenares de físicos e ingenieros trabajan allí en el desarrollo del proyecto que, pese a las apreturas presupuestarias, debería entrar en funcionamiento en el 2005. En el CERN, además, se aglutina el esfuerzo de decenas de empresas, universidades e institutos europeos y estadounidenses, implicados en el LHC.Desde España, que no ha perdido el tren de la alta tecnología en esta ocasión, están a punto de llegar a Ginebra dos enormes prototipos de equipos de criogenia, unos desarrollos de ingeniería mecánica que primera vez aborda la industria española en un contrato con el CERN. Son dos estructuras tubulares de acero inoxidable -cámaras de alto vacío de 15 metros de longitud cada una, 914 milímetros de diámetro y casi 40 toneladas de peso- construidas por la empresa Felguera Construcciones Mecánicas en sus talleres de Langreo (Asturias). Harán falta 1.200 criostatos como éstos, ensamblados uno tras otro, para formar el anillo del LHC, de 27 kilómetros de circunferencia, que se instalará en el túnel del laboratorio.

Este anillo alineado y calibrado al milímetro, capaz de resistir las flexiones de la gigantesca estructura, albergará los dispositivos electrónicos -mantenidos a bajísimas temperaturas- del sistema de ha ces de partículas (protones) aceleradas hasta casi la velocidad de la luz. Protones contra protones chocarán en el corazón de los detectores, que registrarán los datos necesarios para que los físicos investiguen el universo subatómico.

"Lo más difícil ha sido lograr el ultravacío y garantizar la estanqueidad de estos criostatos en las pruebas de detección de fugas de helio", explica Ernesto Álvarez, ingeniero y responsable de este proyecto en Felguera. Los dos criostatos, tras pasar con éxito en Langreo los ensayos de carga y hermeticidad, saldrán próximamente en camión hacia Ginebra, donde serán sometidos a nuevas pruebas.

Soldaduras de alta precisión, pulidos, mecanizados complicados de las piezas, ovalidad y alineación perfectas de las estructuras han sido los retos tecnológicos que Felguera ha tenido que cumplir en los prototipos para ajustarse a las estrictas especificaciones del LHC, explica Álvarez.

La empresa española y una alemana ganaron el concurso internacional para ofertas de prototipos de los criostatos. Luego, el laboratorio elegirá el fabricante o fabricantes de los 1.200 criostatos del LHC, que será un contrato varios miles de millones de pesetas. "En España no existe tradición de ingeniería de criogenia", explica Alvárez. "Pero somos un grupo de construcciones mecánicas que pretende avanzar hacia nuevas tecnologías".

El CERN, dice este ingeniero, es "un buen escaparate para institutos y laboratorios de todo el mundo; a raíz de los contactos para el LHC hemos recibido peticiones de oferta de equipos para otros centros". Álvarez se hizo cargo del proyecto en Felguera, con una ayuda financiera del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial, hace año y medio con un equipo de 15 personas.