Desminado artesanal
Un campesino nicaragüense desactiva minas antipersona a cinco dólares la pieza. Ya ha perdido una pierna
Su osadía casi le cuesta la vida. Aquel día, que aparentemente había comenzado como cualquier otro en las montañas de Las Segovias, en el norte de Nicaragua, iba a cambiar su vida. La fatalidad le esperaba al pisar accidentalmente la rama de un árbol que activó el detonador de una mina antipersonas. La explosión le amputó una pierna. Juan Ramón López Méndez es campesino y ha decidido correr todos los riesgos de lo que podría llamarse "desminado artesanal".Empujado, cuenta, por la necesidad de ayudar a otros y por su supervivencia, por unos pocos centavos y con el único apoyo de un detector de metales, ha desactivado varias decenas de estos artefactos. Los grandes propietarios le pagan entre dos y cinco dólares por aparato que destruya en sus fincas.
"Mi tragedia ocurrió cuando buscaba minas, pues por accidente pisé una pequeña rama que activó el detonador que estaba al lado", recuerda López Méndez, de 42 años. Afirma que,"aunque pagaban pocos centavos, mi corazón y mi pensamiento han sido suficientes para dedicarme a esta labor".
Acompañado permanentemente de una muleta, pese a todo, asegura que continúa sus exploraciones: "Busco salvar a la gente y seguiré trabajando a pesar del accidente". Su humilde vivienda en las afueras de la ciudad de Ocotal, en la frontera con Honduras, a 226 kilómetros al norte de Managua, se asemeja a un rústico y viejo depósito de bombas de diferentes tipos, neutralizadas.
Acelerar la limpieza
César Delgadillo, coronel del Ejército, admite que hay personas dedicadas a esta actividad "peligrosa y bajo riesgo propio", pero enfatiza que sólo las Fuerzas Armadas están facultadas y cuentan con medios técnicos y equipos para realizarlo. A partir de esta semana, el Ejército acelerará el proceso de desminado en Nicaragua.Delgadillo no tiene ningún registro ni conocimiento exacto, pero reconoce que algunos dueños de fincas, por su cuenta, vagan para que otros limpien sus tierras de minas.
Los zapadores "artesanales" son casos aislados, afirmar su parte el representante de la Organización de Estados Americanos (OEA), Sergio Caramagna. "Hay campesinos que hacen esa labor de manera artesanal con enorme riesgo; sabemos que hay gente que manipula y otros que pagan". Y añade: "Hay que evitar que esto suceda, porque ponen en riesgo la vida cotidiana de personas inocentes".
Las minas se han cobrado 450 víctimas -60 muertos entre civiles y militares desde 1993. Un peligro inminente continúan siendo los miles de aparatos agazapados en cientos de hectáreas productivas, territorios fronterizos y objetivos económicos que eran parte de la estrategia de guerra, trágico saldo del conflicto bélico entre sandinistas y contras en los ochenta. Aproximadamente 76.000 artefactos están instalados en diversas. zonas de Nicaragua, considerado el país con el mayor número de minas activas en Latinoamérica.
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