La Unión Europea da su espaldarazo a la gestión mediadora del secretario general de la ONU
La Unión Europea (UE) dio ayer su espaldarazo a la gestión mediadora realizada por el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para resolver diplomáticamente el conflicto con Irak. A diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos, el Consejo de Ministros de los Quince primero dio su beneplácito y sólo después recordó que el acuerdo debe permitir la realización de las "inspecciones efectivas" dictadas por el Consejo de Seguridad".
"El Consejo da la bienvenida al anuncio de que el secretario general de la ONU ha firmado un acuerdo con las autoridades iraquíes sobre una solución diplomática a la crisis con Irak, que la UE desea ardientemente", rezan las conclusiones de los ministros de Exteriores alcanzadas ayer.La reacción estadounidense se resume en un "ya veremos si el acuerdo vale, tras examinarlo en detalle". La respuesta europea equivale a "en principio vale, aunque analizaremos la letra pequeña". "El secretario general es experto y competente", por lo que, "cuando dice que hay bases para el acuerdo, tengo la razonable esperanza, como mis colegas, de que finalmente estemos en el buen camino", precisó el español Abel Matutes. "Nos felicitamos del acuerdo y esperamos que llene las expectativas del Consejo de Seguridad, resolviendo el problema ahora y de forma duradera", añadió el francés Hubert Védrine.
Esa forma de recibir la noticia responde a que la UE prefería realmente una solución negociada antes que otra guerrera; a que el acuerdo ayuda a enmascarar las divergencias entre los Quince, sobre todo entre Francia y el Reino Unido, y a que disimula la vergüenza de que su primera posición común salga a la luz cuando el litigio está ya encarrilado.
Así se entienden los malabarismos de Védrine cuando asegura que "estamos unidos en el objetivo esencial, el cumplimiento de las resoluciones de la ONU que obligan a las inspecciones, y las diferencias de postura [sobre el uso de la fuerza] sólo eran una especulación anticipada sobre una hipótesis no realizada".
[En París, el presidente francés, Jacques Chirac, se felicitó por el acuerdo alcanzado con la intervención de Kofi Annan, informa France Presse.]
Nadie cree en Bruselas que Washington deba examinar los detalles del acuerdo antes de aprobarlo. Los conoce. Bueno, los ministros hicieron como si lo creyeran, e insistieron de carrerilla en que la aceptación definitiva del acuerdo depende del Consejo de Seguridad. Un alto diplomático explicó que la tibia y condicional reacción inicial de Washington se debe a "las presiones internas, pues los republicanos más duros necesitan tiempo para asumirlo".
El Consejo, además del espaldarazo a Annan, recuerda que el logro "sólo ha sido posible" por la "firmeza" internacional; advierte que la Unscom debe ser competente para "reiniciar inspecciones efectivas" sin restricciones de lugar ni límites de tiempo, y apoya la duplicación del programa petróleo por alimentos, que suaviza el embargo a las ventas de crudo iraquí para que Bagdad adquiera medicinas y víveres.
La presidencia británica se salió con la suya al redactar con dureza las advertencias sobre la "firmeza" y sobre las "inspecciones efectivas". Pero no pudo colar en el texto la pretensión de EE UU para el día después. La mencionó verbalmente el secretario del Foreign Office, Robin Cook: "Si el acuerdo es satisfactorio, debe convertirse en una resolución del Consejo de Seguridad, de modo que no dé margen a malas interpretaciones". "No ocurrirá más" que se planteen dudas sobre las competencias de los inspectores de la ONU", remató.
Los Quince aprobaron también la propuesta de la Comisión para aumentar el papel de la UE en el proceso de paz de Oriente Próximo y exigir a Tel Aviv que lo respete: "No tenemos dobles raseros, hemos hecho una condena universal del aumento de los programas de asentamientos, declaró Cook, recordando que la resolución 242 de la ONU "fue propuesta por un Gobierno laborista". El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, pidió a Alemania que levante su veto a la publicación oficial del informe realizado por los embajadores de la UE en Israel en el que se denuncia el "cerco" a los palestinos de Jerusalén oriental y que ayer fue adelantado por EL PAÍS.
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