El PP replica que primar Madrid con inversiones y obras no desequilibra

El Partido Popular replicó ayer, en boca del presidente de su Comisión Nacional de Infraestructuras, José Jiménez, portavoz en esta materia en el Congreso, que los Presupuestos Generales del Estado de 1998 recogen una "inversión equilibrada en todas las infraestructuras, solidaria con todas las autonomías y que posibilita una cohesión territorial a corto plazo". Jiménez respondía así oficialmente a la información publicada por EL PAÍS en la que se revelaba el contenido de una reunión interna de cargos del PP con el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, en la que éste dibujaba, en septiembre pasado, las prioridades inversoras de su departamento. En aquella cita se constató que el Gobierno pretendía concentrar su próximo esfuerzo en obras en el centro peninsular, en detrimento, sobre todo, del arco mediterráneo.

Jiménez confirmó ayer la existencia de esa reunión, que duró cinco horas, y también la elaboración de un acta resumen de la misma donde se recogen algunas frases comprometidas de los intervinientes, especialmente del ministro. El dirigente del PP, sin embargo, argumenta que algunas de esas expresiones están sacadas de contexto o fuera de matiz. De hecho, el acta fue remitida a los convocados para que corrigieran algunos de sus términos, según Jiménez. La aprobación final del escrito se producirá en la próxima sesión de esta comisión, en marzo. Jiménez, por ejemplo, no recuerda que el ministro llegase a comentar que tendría que continuar con la construcción de la línea del tren de alta velocidad Madrid-Zaragoza hasta Lleida "porque no tiene más remedio". Opina, por contra, que es lógico que ese enlace conecte con la frontera francesa.

El presidente de esta comisión concluyó, en cualquier caso, que la decisión de primar con obras de infraestructuras a Madrid y su entorno de 200 kilómetros sobre otras zonas de España no se adopta en contra de otros lugares y especialmente de Cataluña. Jiménez entiende que ésa es una estrategia "de sentido común", que se apreciará en el horizonte de cinco a diez años, y que obedece a la necesidad de saldar el déficit de lustros que padece la capital en infraestructuras básicas.