La izquierda pierde la votación contra los nuevos delitos sexuales, pese al apoyo del PNV
CiU y CC exigen al PP una mejora sustancial del proyecto para aprobar la futura ley
La sorpresa dada por el PNV, al anunciar su voto favorable a las enmiendas a la totalidad del proyecto de reforma de los delitos sexuales, no bastó a la izquierda para derrotar al Gobierno en su primer intento de modificar el vigente Código Penal. La votación más negativa para el proyecto de ley registró 150 sufragios (PSOE, IU, PNV y Grupo Mixto) en favor del texto alternativo presentado por el PSOE, frente a 169 (PP, CiU y CC). Los nacionalistas catalanes y canarios, que no ahorraron críticas a la reforma, condicionaron su voto definitivo a la futura ley a una modificación sustancial del proyecto.
El proyecto de ley de reforma del Código Penal fue presentado al pleno del Congreso por la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, quien se anticipó a las críticas de la oposición repitiendo hasta cinco veces que el Gobierno no desea introducir la moral en el texto legal. En su defensa del proyecto esgrimió enmiendas del propio PP y de CiU como la que fija en 13 años la edad para consentir relaciones sexuales, (frente al proyecto de ley, que la establece en los 15 años). Se olvidó también del texto gubernamental cuando aseguró que "no criminaliza el beso entre adolescentes".Mariscal de Gante invocó sendas propuestas de la Cámara al Gobierno para una mejor protección de los menores, así como una recomendación del Defensor del Pueblo y varias resoluciones europeas contra la explotación sexual de los niños. Desde la oposición se acusó al Gobierno de utilizar esas iniciativas, asumidas por todos, para introducir en la ley la moral del PP.
Por Nueva Izquierda -que pidió la devolución del proyecto-, Cristina Almeida aseguró que se trata de "un retorno al pasado" que, con el pretexto de proteger a los menores, reprime su libertad. Se refirió a la relación de un joven de 17 años con una muchacha de 14: en el momento de cumplir la mayoría de edad tendría que decir a su novia: "mañana no nos vemos"; o afrontar los riesgos de un delito. Evocó los tiempos en que "hasta los 23 años no podíamos", dijo, "irnos a la cama con un señor" o cuando "me metieron un puro la primera vez que me dieron un beso en el parque del Oeste".
Almeida reprochó al Gobierno que pretendiera introducir, a través de la corrupción de menores, una justicia penal que decida lo que es precocidad sexual o relación prematura, o que obligue a quien asiste a un espectáculo pornográfico a preguntarle a la joven que se desnuda: "Señorita, ¿qué edad tiene usted?".
Los representantes de Eusko Alkartasuna y del Bloque Nacionalista Galego se sumaron a las críticas de su compañera del Grupo Mixto, antes de que Teresa Fernández de la Vega defendiera la enmienda del PSOE. La ex viceministra aseguró que el proyecto "nos devuelve al pasado, pero no a la dicadura franquista, sino a la de Primo de Rivera". Y negó que alguno de los organismos invocados por la ministra hubiera pedido un texto como el presentado. "Con la confusión que tienen ustedes entre lo público y lo privado", acusó al PP, "imponen una moral sexual con el instrumento público más grave con que cuenta un Estado: el derecho penal".
Por el PP, contestó a los enmendantes Jorge Trías, quien reconoció que el proyecto "no es un gran monumento", pero se mejorará durante la tramitación parlamentaria. Sin embargo, tras acusar a Almeida de caricaturizarlo, defendió aspectos como la penalización de la tenencia de pornografía y la asistencia a espectáculos exhibicionistas.
Luis Mardones, por CC, mostró su preocupación ante algunos rasgos de "reaccionarismo" y condicionó su voto final -tras el trámite parlamentario completo- a una mejora sustancial. Mardones avisó a los directores de periódicos de que las páginas de contactos pueden incurrir en el nuevo delito de favorecimiento de la prostitución. En la misma línea, Manuel Silva, por CiU, explicó su deseo de evitar el retraso de un proyecto de ley que ha de ser mejorado, para lo que su grupo ha presentado 17 enmiendas.
La sorpresa la proporcionó Margarita Uría al anunciar que el PNV se sumaría a las enmiendas a la totalidad, ante el "espanto" del proyecto de ley. Por IU, Pablo Castellano fue también demoledor con el proyecto -lo calificó de "auténticamente reaccionario"- y dio otra sorpresa: anunció su voto favorable a la enmienda del PSOE, pero no a la de sus antiguos compañeros de Nueva Izquierda. Los diputados de IU se abstuvieron en esa votación.
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