Luchas en el seno del nacionalismo corso

Las distintas organizaciones nacionalistas corsas y sus brazos armados componen un árbol complejo de escisiones y unificaciones sucesivas desplegadas a partir del tronco común del Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC), surgido en 1976.

Pese a tan espeso ramaje, los grupos nacionalistas, incluidos los que renunciaron a la utilización de la violencia, no alcanzaron el preceptivo porcentaje electoral del 5% en los comicios territoriales de marzo último. Sumamente debilitado, con facciones enfrentadas a muerte, desgastado por años de lucha fratricida y decenas de muertos, el movimiento nacionalista corso da muestras de descomposición y degradación.

El paro (en una comunidad que pese a ser la más subvencionada dispone de una renta inferior en un 30% a la media francesa) contribuye a explicar, según algunos expertos, la radicalización creciente y la adhesión al activismo armado de una parte de la juventud. El asesinato del prefecto Claude Erignac puede ser la prueba de esa huida hacia adelante que algunos grupúsculos vienen proponiendo desde tiempo atrás o el resultado de esa subordinación a los intereses mafiosos apuntada por un senador socialista.

Desde el 2 de marzo de 1982, los 250.000 habitantes de la isla disponen de su propio Parlamento y de un comité con competencias en desarrollo económico y social, educación y cultura. Aunque los distintos grupos terroristas han matado a un total de ocho policías, varios de ellos en enfrentamientos, a lo largo de 25 años de violencia, el asesinato del máximo representante del Gobierno francés en Ajaccio quiebra la trayectoria seguida y supone un paso trascendental en la deriva del nacionalismo. Tras ocho meses de inactividad de la principal organización armada, el FLNC-Canal Histórico y con una tradición de atentados dirigidos generalmente contra bienes públicos, el golpe del viernes supone un verdadero desafío para el Gobierno de Lionel Jospin.