Ni comedia ni documento

El cine inglés tiene una larga tradición dentro del terreno documental y también en el de la comedia. Por ello sólo necesita tener la suficiente habilidad de rodar comedias vinculadas con la realidad para obtener películas de gran originalidad.La recién estrenada producción británica Como pez en el agua, segunda película del desconocido director Stefan Schwartz, trata de apuntarse a esta tradición, pero los resultados obtenidos no son tan convincentes como en las logradas producciones de este estilo tan característico y que ha dado tanta fama al cine británico. En primer lugar, porque sus conexiones con la realidad no son tan directas como en muchas de estas películas y, sobre todo, porque en su calidad de comedia deja bastante que desear.

Muy lejos de las mejores comedias sociales británicas de los últimos años, las relaciones con la realidad cotidiana de Como pez en el agua son mínimas y en realidad quedan reducidas a la cualidad de parados de ambos protagonistas y poco más, pero lo peor son los continuos baches narrativos que tiene como comedia y además que ofrece mucho más de lo que en realidad da.

Sobre una rica banda sonora que mezcla canciones de Burt Bacharach con otras de nuevos grupos británicos, el irregular realizador Stefan Schwartz apoya parte de su trabajo, donde utiliza trucos tan viejos y fuera de lugar como los planos inclinados, en la labor de sus desiguales protagonistas. Frente al prometedor norteamericano Dan Futterman y el irregular debutante británico Stuart Townsend, brilla la mucho más conocida Kate Beckinsale, que, en su constante cambio de estilos y géneros, demuestra que también es una gran actriz de comedia.