Telefónica renueva el alta y cobra sin permiso a clientes que habían dado de baja sus móviles

Moviline y Movistar (del grupo Telefónica) han dado de alta como usuarios de teléfonos móviles, y sin su consentimiento explícito, a quienes se habían dado de baja voluntariamente antes del pasado noviembre. En muchos casos, los clientes se han enterado por el recibo bancario donde se les informaba de que se les había cobrado la primera cuota del año (2.200 pesetas). Telefónica, por su parte, explica que envió a los ex clientes -a los que considera de baja temporal- una carta para indicarles que, si no decían lo contrario, serían dados de alta de nuevo.

Como en la venta de datos personales, Telefónica interpreta que no responder una carta suya -que ni siquiera se envía certificada- le avala para actuar en nombre del usuario.Las compañías de telefonía móvil del grupo Telefónica aseguran que a partir de noviembre enviaron esa carta a sus ex clientes -muchos de los cuales se habían pasado a la competencia, Airtel- para ofrecerles la posibilidad de darles de alta nuevamente de forma gratuita; y lo han hecho en los casos en los que no han tenido noticia de ellos, ya sea por no haber recibido la carta, por hallarse de viaje o, simplemente, porque han olvidado contestar (o han decidido no hacerlo).

Los responsables de las compañías se negaron a facilitar el número de cartas enviadas y de personas afectadas.

La baja temporal consiste en lo siguiente: cuando un usuario decide no usar ya su teléfono móvil o cambiarse de compañía, lo comunica a Telefónica. Allí le ofrecen darle la baja temporal, es decir, que durante seis meses (desde enero ya son sólo tres) no podrá hacer llamadas pero sí recibirlas: es decir, mantiene gratuitamente la línea y el número; y una vez cumplido ese plazo, perderá automáticamente ambos. Sin embargo, muchos clientes -que incluso ya utilizaban una línea de Airtel- se han encontrado este mes con que, en lugar de la baja definitiva que esperaban, les han vuelto a dar de alta a todos los efectos, sin su consentimiento, hayan o no transcurrido esos seis meses que les comunicaron en su día. Y se les ha cobrado por ello. Se calcula que se encuentran en situación de baja temporal al menos decenas de miles de ex clientes de Moviline y Movistar.

Los responsables de Airtel, la otra compañía de telefonía móvil que opera en España, aseguran que su empresa "nunca ha realizado un promoción similar, basada en dar de alta a clientes mientras no digan lo contrario", según manifestó ayer un portavoz, "ni tampoco se conceden bajas temporales, excepto en los pocos casos en los que lo solicite expresamente el cliente por causa, por ejemplo, de un viaje".

Los expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aseguran que este tipo de prácticas "son prepotentes", y recuerdan que la ley "señala que es necesario el consentimiento expreso [no tácito] de la persona para que un contrato tenga validez".

"Deben reclamar"

"En estos casos los consumidores deben reclamar porque ganarían el caso en un tribunal", señala Juan del Real, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios. Del Real asegura que ya hay muchísimos precedentes sobre esta cuestión. Una sentencia del juzgado número 6 de Madrid decía en 1991: "Efectivamente resulta inconcebible que una simple publicidad se pretenda como originadora de obligaciones para su receptor salvo que diga lo contrario, lo cual atenta directamente contra todo principio contractual basado en el concierto de voluntades".Aunque las compañías de telefonía móvil de Telefónica aseguran que avisaron por carta a sus clientes, algunos afirman que no recibieron notificación alguna. "Me he enterado por el banco y he montado en cólera", cuenta un ex cliente de Moviline; "la compañía de teléfonos ha pasado ya a mi banco el recibo de la cuota del mes de febrero sin que yo lo haya autorizado. Soy cliente de otra compañía y ahora me dicen que también estoy dado de alta en Moviline sin que yo quiera".

Según la OCU, "se puede interpretar además que este caso está sujeto a la Ley de Comercio Minorista, que señala que no se puede vender ningún producto (en este caso, un servicio) sin aceptación explícita del consumidor". Igualmente, si la conducta de Telefónica se generalizara, los ciudadanos deberían permanecer alerta continuamente para comunicar por escrito que les den de baja en los más diversos servicios a los que se les podría abonar sin su conocimiento previo.